Según el nuevo escenario macroeconómico presentado recientemente por el Gobierno, podemos afirmar que la economía española se enfrenta a un inevitable proceso de desaceleración, algo que se ve reflejado en la estimación al alza de la tasa de desempleo para 2020, que el ejecutivo sitúa en un 13,6 %, un aumento de más de un punto frente a los datos ofrecidos anteriormente. Según anunció ayer la vicepresidenta de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, al finalizar el Consejo de Ministros, el Gobierno también ha rebajado al 1,6% su previsión de crecimiento económico para este año, dos décimas menos que la estimación inicial del 1,8%.
En este escenario de pérdida de peso del tejido empresarial y caída continuada del empleo, los espacios de trabajo flexible irrumpen como antídoto para impulsar la empleabilidad y hacer frente al enfriamiento económico. Además, los avances tecnológicos y cambios sociales de la sociedad han contribuido a que las empresas de todos los tamaños y los propios trabajadores se decanten cada vez más por un modelo laboral mucho más flexible, asequible y productivo.
En esta línea, IWG aporta los cinco beneficios de trasladarse a una oficina flexible para garantizar la continuidad de la empresa y la productividad en momentos de recesión económica:
- Empleo: ante un empeoramiento de los indicadores económicos, las posibilidades que ofrecen las oficinas flexibles permiten a las empresas reducir pérdidas e incluso invertir en mantener o ampliar su plantilla de empleados. Según el último estudio de Regus, un solo espacio de este tipo albergará de media 222 empleos permanentes para 2029 en España. Además, estos centros ubicados en puntos estratégicos, con diseños agradables y de fácil acceso fomentan un mayor bienestar y productividad, así como el intercambio de ideas, desarrollo de nuevos negocios y alianzas estratégicas.
- Alquiler flexible: frente a los contratos de arrendamiento de un inmueble rígidos y a largo plazo, este tipo de centros ofrecen a las empresas trámites sencillos y rápidos por horas, días, semanas o años según su tamaño y necesidades.
- Ahorro de costes y mayor operatividad: además del coste de alquiler que supone un parte importante del gasto, las oficinas flexibles suponen un ahorro sustancial al prescindir de gastos operativos y de gestión del día a día (tasas, impuestos, obras, limpieza, acondicionamiento, etc.) repercutiendo en más beneficios que pueden invertirse en el equipo humano de la empresa.
- Oficina global: en el caso de IWG, con 3.400 centros en más de 1.000 ciudades y pueblos en más de 120 países, brinda a las empresas alojadas en sus espacios la posibilidad de acceder a una de red global de oficinas en los lugares que lo necesiten, ya sea en la misma ciudad o en otro país. Todo ello a través de un solo contrato, de forma ágil y sin complicaciones.
- Infraestructura completa: las empresas que eligen trasladarse a los espacios de trabajo flexible no necesitan invertir en equipar sus oficinas. Estos espacios de trabajo están totalmente amueblados y con toda la tecnología necesaria. La empresa puede reducir o aumentar su espacio de forma flexible en función de las necesidades del momento y de futuro.
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