Steelcase, compañía pionera en España en ofrecer un servicio integral de consultoría del espacio y soluciones para empresas adaptadas a cada tipo de organización, ha participado en el estudio sobre oficinas “What Workers Want”, donde se analizan, entre otros aspectos, qué es lo que más valoran los empleados en su espacio de trabajo o cómo les afectan los cambios en su organización.
Además, el estudio busca explicar la relevancia de los despachos dentro de las oficinas y si existe una relación directa entre productividad y disponer de un despacho. Para ello, se preguntó a la muestra si disponían de él en su puesto de trabajo. Del 83,3% de los encuestados que respondió que no, el 73% considera que disponer de uno no incrementaría su productividad, frente al 23,7% que confirma que sí sería más productivo. Respecto a aquellos que respondieron que sí disponían de este espacio (el 16,7% de los entrevistados), destaca el hecho de que más de la mitad (un 58,4%) afirma estar dispuestos a prescindir del mismo.
Estos resultados son representativos de lo que quieren hoy en día los trabajadores. El espacio de trabajo se ha convertido en un lugar al que se quiere acudir por voluntad y no por obligación. Esto se debe a la diversidad de espacios y a la posibilidad de los empleados de elegir la zona que más le convenga en función de lo que necesiten en cada momento.
“Vivimos en una era de constante cambio y evolución de los modelos organizacionales, eso hace que las compañías tengan que adaptarse rápidamente a las nuevas demandas y exigencias del mercado. Lo más importante es que el CEO crea en ese cambio y que los espacios se diseñen en función de los objetivos de cada organización y su cultura corporativa. Conociendo de antemano estas necesidades, podremos hacer un análisis adecuado que sirva para ofrecer a cada organización el espacio que necesita para ser más productiva y lograr así la consecución de sus objetivos”, señala Alejandro Pociña, presidente de Steelcase.
Sin despachos, nuevas formas de trabajo
Los modos de trabajar y de estructurar un espacio de trabajo están en constante evolución. Esa evolución se puede percibir en los despachos. Sin duda, los empleados ya no lo ven como una prioridad, ya que no quieren estar aislados. Es un claro ejemplo del cambio cultural que sufre la sociedad. Lo mismo ocurre con los puestos de trabajo asignados rigurosamente.
Ahora, sin dejar de disponer de zonas de mayor privacidad para cuando sea necesario, lo importante es posibilitar al trabajador un entorno que se adapte a sus necesidades y que permita, también, una relación más directa con los compañeros.
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