La mayor parte de las organizaciones están pendientes de los riesgos que tradicionalmente les han afectado: la aparición de nuevos competidores, el incremento de costes, la dificultad de acceso a la financiación, etc. Sin embargo, “Son pocas las compañías que se preparan para los grandes cambios que han de venir”, afirma David Monge, director general de la compañía de recursos humanos Nexian. Y tan solo un 15% aproximadamente de las empresas han iniciado un proceso de cambio organizacional.
Está claro que hoy en día, las empresas con mayor capacidad de expansión no son los fabricantes o industriales tradicionales, sino las compañías tecnológicas: tanto las grandes multinacionales como Google, Amazon, Facebook, etc., como otras más pequeñas pero capaces de adaptarse al cambio que estas han generado en los últimos 20 años.
Adaptarse a la nueva economía, a las nuevas tendencias, estructuras y demandas de los clientes es hoy vital para la supervivencia de cualquier empresa.
“Las empresas en las que se produce un cambio realmente eficaz, afirma el experto de Nexian, son aquellas que mejor comprenden la conexión entre seleccionar y preparar a sus plantillas para el cambio, unido a una adecuada implementación de nuevas iniciativas de largo alcance. Es esencial desarrollar la inteligencia, creatividad y talento de las personas que componen la organización”, insiste. Y, ¿Qué pasos dar para abordar este cambio?
El cambio no llega por casualidad:
1. Involucrar a los directivos: los líderes de la empresa deben ser los primeros que apoyen este esfuerzo, que no siempre será agradable, pero si necesario para garantizar la estrategia del negocio y la supervivencia de la organización.
2. Identificar a las personas que pueden facilitar o bloquear el cambio: es necesario dar responsabilidad a las personas a favor de este cambio, o capaces de entenderlo y asumirlo, y neutralizar a aquellas personas menos interesadas en su desarrollo.
3. Identificar las limitaciones que impiden alcanzar exitosamente el cambio: estas pueden estar en cualquier eslabón de la cadena y deben ser eliminadas para garantizar el éxito del proceso.
4. Planificar el proceso de cambio: poner en marcha las iniciativas, el calendario y los recursos humanos necesarios para su desarrollo.
5. Cambiar los sistemas, estructuras y políticas que no se ajusten a la nueva visión. Y recompensar a aquellos que mejor se adaptaron a los cambios.
6. Construir un plan de comunicación eficaz: que permita trasladar a la plantilla el objetivo final, las nuevas estrategias y las mejoras alcanzadas en cada momento, de forma que ayude a enfocar los esfuerzos.
“Las empresas de hoy no tienen opción” afirma Monge. “El cambio ya es una constante en las empresas que quieran pervivir, y este requiere de una preparación y un esfuerzo que implique al conjunto de la organización, dirigida por la dirección”. Con el fin de ayudar a las empresas a introducir esta nueva filosofía en las empresas, Nexian ofrece a sus clientes servicios de consultoría especializada para acompañar la definición y puesta en marcha de estos procesos.
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