Según los últimos datos proporcionados por la Asociación de Mutuas AMAT, el absentismo laboral se ha incrementado un 5% en los últimos dos años, por encima del crecimiento de la economía y el empleo. Así, se han superado los 4,5 millones de bajas laborales lo que equivale a que 880 mil trabajadores no acudan a su trabajo ningún día del año. Estos datos han alertado a las empresas que ven afectada su competitividad y la productividad de sus trabajadores. “A causa del aumento sostenido de la tasa anual de absentismo laboral relacionado con la incapacidad temporal, debido principalmente a la recuperación de la estabilidad laboral gracias al crecimiento de la economía, cada vez más empresas llevan a cabo políticas específicas de gestión del absentismo con la intención de reducir las bajas e incrementar la motivación, el compromiso y la productividad de sus trabajadores”, afirma Jorge Salmerón, Product Manager de ASPY Prevención.
Los costes totales por absentismo aumentaron un 10% en el año 2016 y la cifra ronda los 72 mil millones de euros anuales. “El total de costes incluye el gasto en prestaciones de la Seguridad Social, los costes directos de las empresas y el coste de oportunidad relacionado con bienes y servicios que se han dejado de producir. Este último supone el más elevado de todos ya que más allá de la pérdida económica genera un importante deterioro de la empresa en términos de productividad y competitividad”.
Según el último informe de Adecco sobre el absentismo laboral en España, el sector servicios se mantiene con la tasa más alta seguido del sector industrial. Dentro del primero, los servicios auxiliares y de recogida de residuos lideran la lista. Al otro lado del gráfico, en las últimas posiciones se encuentran las actividades científicas y el sector de la comunicación. Además, el informe recalca que el único sector donde la tasa de absentismo se reduce es el de la construcción con lo que se posiciona muy por debajo del resto.
Por género, el informe muestra una tasa de absentismo más elevada en mujeres debido principalmente a que ellas asumen mayores responsabilidades en el ámbito familiar “Los datos indican año tras año un crecimiento sostenido de la tasa de absentismo laboral, esto es un factor crucial para que cada vez más empresas tomen medidas en búsqueda de la flexibilidad horaria y la conciliación familiar, lo cual no solo reduce el absentismo, además aumenta la productividad, mejora el clima laboral, la imagen corporativa y reputación de las empresas”, asegura Salmerón.
Plan específico de Gestión del Absentismo
Según ASPY Prevención “cada vez más empresas están llevando a cabo planes específicos para la Gestión del Absentismo con la intención de disminuir los costes que este supone, y gracias a ellos han conseguido controlar las tasas de absentismo y mejorar notablemente en su productividad, así como en otros aspectos intangibles, pero igual de valiosos para las empresas que miran al futuro y esperan continuar creciendo en un ambiente cada vez más competitivo.
ASPY Prevención, en colaboración con SARDomus, ofrece un plan de Control y Gestión del Absentismo específico para empresas. “Uno de nuestros objetivos principales como expertos en Consultoría de la Salud es reducir las tasas de absentismo, entre otros, mediante la realización de un análisis inicial minucioso de las causas y el desarrollo de soluciones que se adapten a los casos particulares de cada cliente. Para ello, disponemos de un software de gestión online que permite tener un control de todas las ausencias ya sean de corta o de larga duración, planificar las bajas y prevenir las reincorporaciones, así como analizar los costes que supone cada baja laboral para después aplicar las medidas adecuadas en cada caso”, explica Salmerón quien destaca que “Quizá el paso más importante para controlar el absentismo estructural que nos afecta es transformar la empresa para que los trabajadores se sientan motivados y comprometidos con los resultados y no simplemente cumplan con su obligación diaria para obtener la paga ofrecida, sea que los empresarios abracen la idea de que el gasto dirigido a la mejora del bienestar general de los trabajadores es en realidad una inversión, una con muy buen rendimiento.
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