El nuevo panorama tecnológico ha causado una reconversión de todos los sectores y el de los repartidores no iba a ser menos. Es por ello, que la patronal logística UNO ha dado solución a la necesidad de profesionalizar la entrega de pedidos con la creación de una escuela que verá la luz a principios de 2018 y estará ubicada en el Centro de Transportes de Coslada (Madrid).
«Hay una doble necesidad, se necesitan más repartidores y que los que ya están se reciclen, que estén más y mejor formados», ha explicado el secretario general de UNO, Francisco Aranda, quien ha advertido de que para ser repartidor ya no basta sólo con saber conducir.
Según el directivo, en la actualidad, la logística es el nuevo márketing del comercio, pues el 60 % de las decisiones de repetir compra con un determinado comerciante se basan en la experiencia que ha tenido el cliente a la hora de recibir su compra.
En estos momentos, en los que ya no se puede competir más por precio, producto o servicio, la calidad en la entrega se ha convertido en un elemento diferenciador, en uno de los pocos aspectos que puede aportar valor añadido a una compra.
Para realzar el valor del último eslabón de la cadena logística entre el vendedor y el comprador, y ante la demanda de las empresas del sector, UNO ha decido crear en España la primera Escuela de Repartidores.
En dicha escuela, que contará con un simulador de reparto en furgoneta diseñado «ad hoc», se impartirá un curso dividido en dos bloque de 30 horas de duración cada uno.
Uno de los bloques se centrará en la gestión eficiente del reparto de mercancías y perseguirá que el repartidor conozca la importancia de su labor dentro de la cadena logística, mejore sus conocimientos sobre el trato al cliente y se familiarice con el uso de las nuevas tecnologías de movilidad.
El segundo de los bloques se centrará en la normativa, la conducción eficiente, la prevención de riesgos laborales y la seguridad vial, ha apuntado Aranda, quien ha avanzado que la idea es que los alumnos puedan hacer prácticas en empresas del sector.
La idea es que la Escuela, que contará con bolsa de trabajo y está previsto que posteriormente se implante en otras grandes ciudades, se convierta en el primer paso para lograr una certificación que acredite la calidad y profesionalidad de los repartidores.
«Una segunda fase del proyecto, aún en fase de estudio, consistiría en que las empresas de nuestra asociación pudieran exigir a sus repartidores contar con este curso. Así se crearía una certificación para poder ser repartidor y garantizar un nivel y calidad de servicio», ha añadido Aranda.
Además de servir de «reciclaje» para las personas que ya se dedican al reparto de mercancías, en su mayoría autónomos, el curso también puede suponer la puerta de entrada a un sector en auge para las personas que están buscando una salida laboral.
Según datos del sector recabados por Efe, el salario medio mensual de un repartidor oscila entre 1.500 y 1.700 euros brutos si está en plantilla, y entre 2.400 y 2.600 euros brutos si es autónomo (en esa caso debe costear vehículo, combustible, etc.).
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