Si hay una práctica que es común a todos los trabajadores, independientemente del sector de actividad al que se dediquen, la edad, la generación a la que pertenezcan, la experiencia que tengan… es la crítica a los jefes. Con más o menos razón, es habitual escuchar críticas de los empleados sobre sus superiores.
La realidad es que en muchas ocasiones los jefes, los malos jefes, son la causa de que los trabajadores dejen una empresa. En concreto, un estudio de Gallup aseguraba que la mitad de los empleados que abandonan una compañía lo hacen por culpa de sus superiores.
Para profundizar en esta teoría, una empresa llamada BambooHR realizó una encuesta a mil empleados, recogida por Inc., en la que les preguntaban por los principales errores que cometían sus jefes, y que podrían llevarles a dejar una empresa.
1. Apropiarse de los méritos
Sin duda, el comportamiento que más molesta a los trabajadores es que el jefe se apropie de los méritos de su trabajo. Una práctica que irrita especialmente a los mayores de 45 años. «Los empleados quieren ser reconocidos, y después recibir nuevas metas para motivarse. Si se dan cuenta de que no obtendrán reconocimiento o de que se lo robarán perderán su motivación», asegura John Brandon, especialista en el tema.
2. Falta de confianza
Una de las características más habituales de los malos jefes es la falta de confianza en sus trabajadores, dando por hecho que van a equivovarse o a provocar un conflicto. «Un buen jefe debe demostrar que no pasa nada por sufrir pequeños fracasos», asegura en Inc. el experto.
3. Sobrecarga de trabajo
Que el jefe esté de vacaciones o descansando mientras aumenta la carga de trabajo de los empleados, sin tener en cuenta el volumen de trabajo que pueden estar ya afrontando. «Los trabajadores piensan que un buen jefe debe ser ejemplar».
4. Rechazar aumentos de sueldo
Uno de los aspectos que más desmotiva a los trabajadores y más reduce su productividad es saber que, hagan lo que hagan o por muy duro que trabajen, nunca lo verán recompensado económicamente.
5. Ascensos equivocados
El favoritismo a la hora de contratar a alguien o de promocionarle -elegir al trabajador que más le gusta, independientemente de sus habilidades- también mina la moral de los trabajadores.
6. Falta de defensa ante terceros
Los trabajadores quieren que sus jefes den la cara por ellos cuando se enfrenta a un cliente, ante un superior o ante otros compañeros. Los malos jefes suelen caracterizarse por ‘escaquearse’ en los conflictos de este tipo y no participar en su resolución.
7. Errores en la asignación de roles
Los buenos jefes saben analizar y descubrir las principales habilidades de sus empleados, y ubicarlos en los puestos y tareas más adecuados para que puedan sacar partido de las mismas. Los malos jefes dedican a los trabajadores a labores en las que sus habilidades no son aprovechadas, hundiendo su productividad y su motivación.
8. Demasiado control
Otro de las prácticas de los jefes que acaba con la motivación de los empleados es el exceso de control y de órdenes, acabando con la libertad y la creatividad de los trabajadores.
9. Centrado en los errores
Un mal jefe está constantemente señalando los defectos y los errores de sus trabajadores, principalmente con el objetivo de destacar su trabajo y desviar la atención sobre sus propios errores. En el lado contrario, los buenos jefes se enfocan en el resultado y no prestan atención a los problemas menores.
10. Falta de objetivos
Un error que se produce sobre todo cuando los jefes son malos comunicadores es que no son capaces de trasladar a sus trabajadores los objetivos y las metas de la compañía, así como los pasos necesarios para completar una tarea. «Cuando un trabajador no sabe para qué sirve su trabajo acaba cayendo en la apatía», destaca Brandon.
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