Mientras los asesores de los principales acreedores de Abengoa ultiman la redacción del acuerdo definitivo de reestructuración de su deuda, las tensiones de tesorería de la compañía andaluza son cada día mayores y la caja está hoy bajo mínimos.
Por ello, la ingeniería sevillana está intentando encontrar una vía urgente que le permita hacer frente a las nóminas de, al menos, los próximos dos meses, y los pagos imprescindibles hasta culminar el proceso. En esta línea, Abengoa ha planteado a los fondos que se han comprometido a inyectar 500 millones de euros que le concedan un anticipo, según señalan fuentes conocedoras de la situación.
Los acreedores de Abengoa presentarán previsiblemente el plan de refinanciación definitivo en los próximos días. A partir de ahí, se abre un periodo de adhesiones para que el resto de acreedores acepten al convenio. La ley exige que al menos se sume el 75% de la deuda. Este proceso se alargará presumiblemente hasta septiembre, cuando el juez decidirá sobre el acuerdo y si lo aprueba Abengoa saldrá automáticamente del preconcurso en que está sumido desde el 25 de noviembre.
Por tanto, el calendario que se maneja ahora es que los fondos que se han comprometido a inyectar liquidez al grupo andaluz (Abrams Capital, The Baupost, Canyon, Oaktree, DE Shaw, Elliott y Värde) no tendrán que hacerlo hasta septiembre. Abengoa, no obstante, trata de que estos inversores adelanten una parte para permitir a sus trabajadores marcharse de vacaciones en agosto -quienes lo hagan- con la nómina ingresada. Tras el abandono de proyectos, la salida de empleados y los recortes de plantilla, la masa salarial de la empresa se sitúa por debajo de los 50 millones al mes.
Sin créditos desde marzo
En todo caso, no es la única opción. De hecho, la prioridad de Abengoa pasa por conseguir cobrar en las próximas dos semanas los importes que se le adeudan de desinversiones ya ejecutadas o poder cerrar otras ventas. En los últimos meses, la firma que preside Antonio Fornieles se ha deshecho de activos como la planta termosolar Shams-1, en Emiratos Árabes Unidos, el parque eólico Campo Palomas, en Uruguay, cuatro plantas fotovoltaicas en Sevilla y Jaén, la participación en Yoigo o su filial Abentel.
Una tercera vía más remota es lograr un préstamo adicional a los 500 millones de nueva liquidez que contempla el plan. En este caso, podrían participar bancos o fondos.
Negociar un aplazamiento de los pagos a proveedores que tiene que afrontar en las próximas semanas también está sobre la mesa. El problema de esta medida es que tampoco garantiza que con lo que hay en la caja actualmente y lo que se pueda ingresar en los próximos días sea suficiente para hacer frente a las nóminas y los costes necesarios para cerrar el proceso.
Desde que solicitó el preconcurso, la compañía siempre ha cumplido religiosamente con esta obligación -con un ligero atraso en marzo-. Claro que para ello contó con los 106 millones que le prestaron los bancos en diciembre y los 137 de los bonistas en marzo.
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