Renfe recibió un total de 155 peticiones de baja voluntaria de otros tantos trabajadores durante el pasado mes de enero, el primero en el que se aplicó el plan de desvinculación voluntaria de empleados de la empresa que la compañía pactó con sus sindicatos en el marco del nuevo convenio colectivo.
El número de ferroviarios que ya han pedido dejar la operadora representa el 20% del máximo de 775 empleados que pueden sumarse al plan de baja voluntaria.
Del total de trabajadores que han manifestado su voluntad de abandonar la compañía ferroviaria, tres de ellos son directivos, si bien el grueso, un total de 92, son maquinistas.
Asimismo, otras treinta solicitudes provienen de empleados de los talleres de mantenimiento de trenes, 22 más del área comercial, cinco de gestión y los tres restantes son técnicos, según informaron a Europa Press en fuentes del sector.
El nuevo convenio colectivo para el periodo 2015-2018 que Renfe firmó el pasado mes de diciembre con sus sindicatos incluye un plan de bajas voluntarias para un máximo de 775 trabajadores.
REJUVENECER LA PLANTILLA.
El objetivo de esta medida es rejuvenecer la plantilla de la operadora, que actualmente presenta una edad media de 54 años, dado que el plan está vinculado a la incorporación a la empresa de entre 400 y 500 nuevos trabajadores en los próximos años.
Al plan pueden sumarse trabajadores que cuenten con una antigüedad media en la empresa de al menos 19 años, o bien que se encuentren próximos a cumplir los requisitos para acceder a la jubilación.
Los ferroviarios que se sumen al plan y pidan dejar la empresa recibirán el 60% del salario mensual más un importe de 100 euros por cada mes que les falte para alcanzar la jubilación, con un máximo de 24 meses para ambos importes.
Esta iniciativa en materia laboral se enmarca en el plan estratégico ‘+Renfe’ que la operadora puso en marcha a finales de 2014 con el fin último de mejorar su calidad y rentabilidad, superar los ‘números rojos’ y lograr beneficios este año 2016.
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