«Las mujeres tomamos el 80% de las decisiones de compra, y una empresa que esté en el mercado y lo entienda, debe tener a las mujeres directivas en cuenta», asegura la profesora Nuria Chinchilla.
Pero lo cierto es que pese a los importantes avances en la incorporación de la mujer al mercado laboral, aún es difícil encontrar talento femenino en los niveles directivos y en los Consejos de Administración de las compañías. La configuración del panorama empresarial español es eminentemente masculina, y el porcentaje de mujeres en posiciones directivas es aún escaso, lo cual repercute de manera negativa en la empresa.
Chinchilla ha dirigido en Madrid la V edición del Programa Enfocado Mujeres en Consejos de Administración, que proporciona las herramientas necesarias para aquellas mujeres directivas que quieran profundizar su formación para aportar más en los actuales, o futuros, Consejos de Administración.
El objetivo de este seminario es que las mujeres creen sinergias positivas a la hora de sentarse en el Consejo, de tal manera que su participación afecte a los tres balances de la empresa: el económico-financiero, el social y el humano. «Porque es cierto que la mujer, desde su naturaleza, tiene una capacidad amplia de entender la realidad empresarial y humana», sostiene Chinchilla.
«Las mujeres tienen mucho que aportar en un Consejo de Administración. Pueden facilitar el entendimiento entre los consejeros, favorecer el consenso y contribuir a ofrecer una visión más transversal del negocio», afirma Rosa Piñol, directiva de Abertis Telecom.
Capacidad de escucha
Lo mismo opina Irma Jiménez, directora de Asuntos Corporativos de Hewlett Packard, quien incide en la «buena capacidad de escucha» de las mujeres consejeras. «Suelen ser personas conciliadoras, que buscan los pactos, y que trabajan más en un modo de colaboración que de competición. La intuición femenina me parece básica a efectos de garantizar la trascendencia del negocio», asegura.
Sonia Chiva, CFO de la multinacional Roland DG, lamenta la escasa presencia de mujeres en los consejos: «como somos minoría, cuesta que el resto de consejeros confíen en nosotras y que nos den una oportunidad». Chiva aborda también otro aspecto interesante: las propias limitaciones que a menudo la mujer se autoimpone para llegar a ciertos niveles de la organización.
El debate de las cuotas
Las tres directivas tampoco se muestran partidarias de las cuotas establecidas por ley, para garantizar la presencia femenina en los Consejos de Administración. «Creo que las cuotas pueden penalizar el desarrollo de talento tanto masculino como femenino. Establecer remedios que no solventen una enfermedad sino que además generen mayores problemas me parece un error», asevera Irma Jiménez. «La mujer debe acceder al Consejo por su profesionalidad y por lo que puede aportar en función de la empresa», añade Piñol.
Para la profesora Chinchilla, forzar cuotas en los consejos no es bueno para la compañía ni supone por sí solo un argumento válido para determinar el papel de la mujer en la dirección del negocio. «Las cuotas no dejan de ser una manera de fijarse en un indicador. Y querer cambiarlo o mejorarlo sin mirar las causas por las cuales este indicador no es el que queremos, puede estar desvirtuando nuestra visión de la realidad, y empeorar el problema», explica.
Por encima de cuestiones de género, cada consejero debe conocer su perfil. «Es una cuestión de meritocracia. Las mujeres que se sientan en un Consejo deben llegar a él por su competencias, no por cumplir requisitos legales», incide Sonia Chiva.
Las participantes en estas jornadas también coinciden en que se debe dar mayor visibilidad a las mujeres, de manera muy especial en los comités de dirección. «Es importante que haya al menos una mujer en las ternas de selección de consejeros o de directivos, algo que en la actualidad no ocurre», advierte Chinchilla.
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