Un estudio elaborado por la escuela de negocios ESCP Europe en sus campus de Madrid y Berlín, denominado ‘Tú a Madrid y yo a Berlín, ciudades startup’ ha puesto de manifiesto la escasa presencia de mujeres, tan solo un 15%, en la creación de startups, sobre todo en las que se mueven en el sector tecnológico, que suelen ser las más habituales por su gran rentabilidad y rápido crecimiento.
El estudio, desarrollado con la intención de comparar el auge de las startups en ambas capitales europeas y el germen emprendedor de berlineses y madrileños, profundiza en el perfil de los nuevos talentos empresariales en estas dos ciudades, y pone de relieve el perfil de los emprendedores en las dos localizaciones, que, en un 85%, son hombres, por debajo de los cuarenta años y con formación internacional, que a su vez emplean a personas de unos 30 años de media con una formación y experiencia similares.
Según ESCP Europe, este hecho no surge solo a la hora de fundar una startup, sino mucho antes, ya que el 85% de los ingenieros de informática son hombres.
El estudio también revela las singularidades de las startups en dos lugares tan diferentes. De hecho, son dos ciudades que, pese a tener una población similar y un nivel de riqueza elevado (aunque a bastante distancia de grandes pesos pesados como Londres y París), forman parte de dos países, Alemania y España, que viven realidades socioeconómicas totalmente distintas: el primero es la locomotora europea mientras que el segundo todavía sufre de lleno una de las tasas de paro más altas de Europa y del mundo.
Dadas estas circunstancias, la primera diferencia más destacable -y seguramente la que está más presente en el imaginario colectivo- es el carácter más emprendedor de los alemanes, un aspecto que corroboran los datos, ya que durante el grueso de la crisis, el periodo 2008-2012, en Alemania el saldo de nuevas empresas subió un 23%, mientras que en España se desplomó un 17%.
El informe presentado por ESCP destaca que las startups en Alemania tienen un “mayor apoyo social”, sobre todo impulsado por la financiación privada, que es la que más apuesta por los nuevos talentos a través del venture capital y los Business Angels. De hecho, Berlín se ha consolidado en los últimos años como el principal ‘hub’ europeo para startups. Por su parte, en España, las empresas todavía echan a andar dependiendo más del dinero aportado por los socios fundadores y por las ‘tres F’: friends, family and fools -“amigos, familiares y tontos” en español-.
Los alemanes emprenden más, pero dedican menos horas semanales
Pero a este mayor apoyo social en Alemania también hay que sumar las menores trabas para montar una empresa: el país germano se sitúa en el puesto número 20 sobre un total de 185 países, mientras que nuestro país queda relegado a la posición 44.
El sector privado español aún financia poco a las startups, y eso a pesar de que en nuestro país la inmensa mayoría de los emprendedores montan un negocio relacionado con su formación y experiencia, algo que no sucede con los germanos, que se lanzan a la aventura con un posgrado como principal aval y sin contar apenas con experiencia -la mitad nunca trabajó antes de fundar su empresa-.
El estudio también señala que el menor ánimo emprendedor de los españoles se ve compensado por el mimo que ponen en cumplir su sueño, ya que, de media, le dedican dos horas más a la semana que sus homólogos alemanes, hasta alcanzar un total de 62 horas.
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