Unas 55.000 familias cobraron una indemnización del seguro de vida a lo largo de 2013. Esta es una de las conclusiones que refleja la última edición de la Memoria Social del Seguro elaborada por UNESPA.
El importe total desembolsado en concepto de indemnizaciones por parte de las entidades aseguradoras de vida ascendió a 1.740 millones de euros. El pago medio por beneficiario rondó los 31.800 euros. Para la elaboración de este estudio se han reunidos datos de 25 compañías que abarcan una cuota de mercado del 83%.
Santa Cruz de Tenerife es el territorio donde se produce un mayor número de siniestros por habitante. Esto es un reflejo de la existencia de una importante comunidad de ciudadanos extranjeros (provenientes en su mayoría del centro y norte de Europa), que eligen las Islas Canarias como residencia al llegar la jubilación.
Las tres provincias vascas, Madrid, Barcelona y Navarra se encuentran, a su vez, en los puestos de cabeza de la clasificación por regiones con mayor número de fallecidos asegurados por habitante. En su caso se debe a la mayor riqueza de esas regiones en comparación con la media nacional. Por lo general, las personas con mayor poder adquisitivo son más propensas a contratar pólizas.
En el extremo opuesto se sitúan las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, así como las provincias de Albacete y Salamanca. Estos son los territorios donde se da una menor cantidad de siniestros de seguros de vida en relación con su población.
Segovia destaca, por su parte, como el territorio donde la edad del fallecido asegurado es menor. La media es de 47 años. Le siguen Valladolid y Huesca, con 48 años. Entre tanto, Asturias, Alicante y Gerona son las provincias donde los asegurados presentan una edad media de fallecimiento más tardía. En los tres casos, la media rebasa los 60 años.
Los datos recabados por UNESPA muestran que los varones son más proclives a contratar seguros de vida riesgo que las mujeres. Por otra parte, al analizar los siniestros se percibe cómo los hombres se mueren más jóvenes que las mujeres. En esto, el colectivo formado por las personas con seguro de vida sigue un patrón similar al de la población general.
Cualquier persona puede averiguar si un allegado que haya perecido contaba con un seguro de vida o accidentes para caso de fallecimiento. Para ello, debe acudir con un certificado de defunción al Registro de contratos de seguros de cobertura de fallecimiento. Una vez presentada la instancia pertinente le informarán de si existe algún seguro y, de haberlo, con qué compañía se suscribió. Con esta información podrá dirigirse a la entidad aseguradora, consultarle si él era beneficiario de la póliza y, en caso de serlo, dar comienzo a los trámites para percibir la indemnización correspondiente. El Registro de seguros de cobertura de fallecimiento es de titularidad pública y depende del Ministerio de Justicia.
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