Banco Espírito Santo (BES) es una entidad más saneada y capitalizada, y en la que el negocio de España tiene un mayor peso. La entidad lusa ha anunciado que la filial española está dentro de su banco bueno, Novo Banco, en el que Portugal ha inyectado 4.900 millones procedentes de la troika y la banca lusa para apuntalar su situación. Con ello, el Banco de Portugal quiere poner freno a la crisis desatada en el banco tras la caída de su principal accionista, Grupo Espírito Santo, por irregularidades contables.
Unas horas después de anunciar el rescate, cuyos detalles se conocieron entre el domingo y la madrugada del lunes, el consejero delegado de Novo Banco, Vítor Bento, aseguraba que “para nuestros clientes y colaboradores, sólo ha cambiado una cosa: su banco es ahora más fuerte y más seguro que antes”. “Las incertidumbres que amenazaban a la institución en los últimos tiempos han quedado atrás”, añadía.
Bento fue el gestor elegido por el Banco de Portugal para relevar del mando del banco a la familia Espírito Santo, en uno de los intentos fallidos de librar al banco de la crisis de su principal accionista.
Segregación
Desde la Comisión Europea (CE) dieron el visto bueno a la fórmula escogida para salvar a BES: dividir en dos la entidad, capitalizar la parte sana y liquidar los activos tóxicos con cargo a los accionistas y titulares de subordinadas.
“La adopción de estas medidas de liquidación es adecuada para restaurar la confianza en la estabilidad financieras y para garantizar la continuidad de los servicios y evitar unos potenciales efectos sistémicos adversos”, explicaron desde la CE.
Novo Banco recibirá 500 millones del resto del sector financiero luso, a través del Fondo de Resolución (el Fondo de Garantía portugués), y 4.400 millones del Gobierno portugués procedentes del programa de ayuda financiera de la CE, el FMI y el BCE.
Mientras, BES quedará como el banco malo con los activos problemáticos, los créditos ligados a la familia Espirito Santo y las filiales del banco en Angola, Libia y Miami. Los antiguos accionistas del banco, con la familia Espírito Santo (20%) y Crédit Agricole (14,6%) a la cabeza, siguen como dueños del banco malo a la espera de poder recuperar parte de su inversión.
Tras el rescate, Portugal tendrá un plazo máximo de dos años para completar la venta de Novo Banco y evitar que el rescate tenga coste para el contribuyente luso, una posibilidad que ya ha generado polémica entre el Gobierno y la oposición. Se estima que Novo Banco contará con unos 70.000 millones en activos, frente a los 80.000 millones actuales, tras la segregación de activos.
España, segundo mercado
Esta reducción y el hecho de que se aparte el negocio de Angola, hacen que España se convierta en el primer país extranjero por volumen de crédito. Según datos de la AEB, BES España tenía a finales de mayo activos por valor de 6.500 millones, cerca de un 10% de lo que tendrá Novo Banco. La cuota crediticia de esta filial a nivel de grupo era del 6,6% a finales de 2013.
Fuentes cercanas a la entidad señalan que BES España ha conseguido frenar en gran parte la fuga de clientes durante los dos últimos meses, pasando mucho dinero de depósitos a fondos de terceros. Donde ha sido más complicada la retención de la clientela ha sido con los institucionales, aunque, añaden, “este tipo de clientes vuelve con la misma velocidad que huyen”.
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