Para el 85% de los empresarios familiares, según un reciente estudio de la firma de servicios profesionales KPMG, los asuntos de Gobierno Corporativo figuran entre los más importantes relacionados con la gestión de sus empresas. Sin embargo, este interés contrasta con la mala percepción que tienen inversores y analistas internacionales sobre la salud del Buen Gobierno en España, a pesar de que los expertos establecen una relación directa entre competitividad y calidad de las normas de administración de las empresas. Según el Banco Mundial, España ocuparía el puesto número 100 (de un total de 150) en temas relacionados con la protección de los inversores, mientras que el Foro Económico Mundial nos sitúa en el puesto 103 (de un total de 180).
Para Ramón Pueyo, director en el área de Gobierno Corporativo de KPMG en España, que ha participado hoy en una jornada organizada conjuntamente con la Asociación para el Desarrollo de la Empresa Familiar de Madrid (ADEFAM), cuando se habla de estos temas en relación con la empresa familiar hay que referirse a ellos con el concepto de “Gobierno Corporativo plus”, dado que por la propia naturaleza de estas empresas “hay cuestiones añadidas de supervisión que deben ser atribuidas a órganos fuertes de control”. A su juicio, el objetivo de las prácticas de buen gobierno en la empresa familiar debe encaminarse “a que la empresa sobreviva a las siguientes generaciones y proyecte su actividad al largo plazo”.
Para Pueyo, entre los factores que contribuyen a la permanencia en el tiempo de las empresas, figuran, entre otros, la sensibilidad de sus administradores con el entorno para aprender y adaptarse a las condiciones cambiantes; la defensa de una cultura y unas señas de identidad fuertes; el establecimiento de unas relaciones duraderas con terceros y la prudencia financiera.
La mezcla de roles, un factor de riesgo
Precisamente, las empresas familiares se distinguen por presentar una fuerte cohesión y rasgos de identidad, y por ser conservadoras en materia de inversiones, pero presentan también algunos factores de riesgo que pueden entorpecer las buenas prácticas de gobierno corporativo. A juicio de Juan Rodríguez-Loras, socio de KPMG en España y experto en fiscalidad, “en la empresa familiar se mezclan los roles de familia, dirección, administración y propiedad”, lo que es fuente de numerosos conflictos que pueden poner en entredicho la viabilidad futura de la empresa.
Para este experto, los riesgos que rompen la armonía en el seno de la empresa familiar son las dificultades para el acceso a la información de los accionistas, la distribución de los beneficios, la transmisión de la propiedad, el acceso al empleo dentro de la empresa de los miembros familiares, y, en ocasiones, el excesivo personalismo de los fundadores a la hora de tomar las decisiones.
Consejos de administración bien organizados
Miguel Ángel Faura, socio de Auditoría de KPMG en España, aseguró que el secreto para contar con un buen gobierno corporativo en la empresa familiar pasa por dotarse de un consejo de administración bien organizado y estructurado que proyecte su actuación hacia el largo plazo. A su juicio, este órgano debe tener como máximas prioridades orientar la estrategia de la compañía y proteger los intereses de la empresa, aparte de controlar al equipo directivo y de servir de enlace con los accionistas. Entre sus competencias corporativas, figuraría aprobar y revisar la estrategia, analizar los riesgos, establecer, supervisar y controlar los objetivos de negocio, velar por la fiabilidad y transparencia de la información financiera, aprobar la retribución de la dirección, gestionar los conflictos de intereses y autoevaluar su propio funcionamiento. “En estas circunstancias, es fundamental para el buen gobierno que las organizaciones cuenten con un adecuado y robusto sistema de control interno, que les permita asegurar que las actividades a través de las cuales buscan alcanzar sus objetivos se realizan de forma eficaz, eficiente y de acuerdo al marco legal”, afirmó Faura.
Ramón Pueyo aseguró, a modo de conclusión, que las reglas de buen gobierno corporativo “deben constituir para la empresa familiar una especie de vacuna para evitar problemas futuros”. “No todas las compañías con un buen gobierno corporativo consiguen ser longevas; sin embargo, todas las que perduran en el tiempo tienen modelos de gobierno corporativo potentes”, explicó. En relación con este punto, recomendó a los empresarios y empresarias familiares “no estar tan atentos a lo que publica el BOE como a lo que exigen los inversores a las empresas en todo el mundo y lo que hacen las organizaciones más punteras en sus respectivos campos de actividad”.
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