El 70% de las empresas españolas reconoce haber sufrido algún impagado a lo largo del último año, lo que significa que 770.000 sociedades se han visto afectadas, según un estudio sobre el comportamiento en los pagos de las empresas españolas en 2013 que acaba de ser editado en formato de libro por Informa D&B.
En el 65% de los casos los responsables de las compañías estiman que estos impagados son inferiores al 5% de la cifra de venta de la empresa.
En diciembre de 2013 el retraso medio de pago en España se sitúa en 17,79 días, casi dos días menos que un año antes. Estos retrasos suponen un coste para el tejido empresarial español de más de 3.300 millones de euros. Dentro de Europa, Portugal e Italia tienen una media de retrasos superior a España, 32,06 días y 21,19 días, respectivamente.
La media española está 2,79 días por encima de la europea, que alcanza los 15 días. Esta diferencia es la menor registrada desde 2010, siendo el único país que presenta una clara tendencia a la baja.
El plazo medio de pago pactado en España es de 77 días, muy por encima del objetivo de 30 días que se quiere alcanzar. Tanto la Administración como el sector privado mejoran sus plazos de pago, en 13 y 4 días respectivamente, aunque la Administración se sitúa en casi 99 días por los 95 del sector privado.
El 43% de las empresas españolas paga con puntualidad, mejorando 2,71 puntos en un año. Sumando los pagos realizados a tiempo con los ejecutados con hasta 30 días de retraso, se llega al 88% del total de las facturas.
LAS EMPRESAS NO APLICAN POLÍTICAS PARA COMBATIR LOS IMPAGADOS
La encuesta entre directivos revela que estos no han notado todavía el impacto de la nueva regulación y apuntan como sus principales problemas: la situación económica actual (el 37%), encontrar mercados nuevos (20%), problemas relacionados con la liquidez como el acceso a la financiación (13%) y la morosidad (4%) igualada con los costes laborales.
A pesar de haber sufrido impagados, muchas empresas no han puesto en marcha políticas o medios específicos para combatirlos. Solo un 26% aplica intereses de demora y el 91% no tiene un departamento dedicado al cobro.
El retraso en los pagos y los impagados es de vital importancia para la viabilidad de las empresas, especialmente en el caso de las pymes que cuentan con menor músculo financiero. El presidente de CEPYME, Jesús Terciado, apunta que la caída de los ingresos durante los últimos seis o siete años ha provocado importantes tensiones de liquidez ya que las empresas siguen afrontando sus gastos ordinarios, con el agravante, especialmente para las pequeñas, de la dificultad de acceso al crédito.
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