Recordarán el revuelo que hace unos años generó un cargo político al afirmar que la migración o fuga de talento de nuestro país se debía a un «impulso aventurero de la juventud española». Si bien estas palabras no fueron acertadas en ese momento porque se estaba obviando la falta de oportunidades derivada de la crisis, hoy podemos ver algo de cierto en esa afirmación si observamos la forma en la que los millenials buscan empleo y se relacionan con el mismo.
Estamos ante una generación que no busca tanto la estabilidad laboral en sus puestos de trabajo, sino que da prioridad a otros factores como el crecimiento personal, el desarrollo profesional, la flexibilidad o la conciliación con la vida personal, además de un salario justo o un buen ambiente laboral. Prueba de ello es que esta generación está en búsqueda constante de trabajo y la permanencia en una misma empresa es mucho menor que en otras generaciones. El concepto de lealtad no está tan ligado a la empresa sino al proyecto de vida personal y profesional.
Su forma de buscar empleo está claramente definida por el factor digital, siendo los portales de empleo web, las redes sociales profesionales como LinkedIN o las pestañas de «trabaja con nosotros» de las web de las empresas los canales más utilizados. Los millenials saben dónde quieren trabajar.
Pero, también en este caso debemos de hablar no solamente de la búsqueda de empleo, sino también de la estrategia de ser vistos por las empresas. En ese sentido el uso de redes sociales para posicionamiento profesional y desarrollo de marca personal -también offline- es algo que se tiene cada día más en cuenta por esta generación.
Ligado a esto está la idea de que si las empresas quieren tener entre su capital humano el talento de esta generación, que supondrá en el 2020 el 50% de la fuerza trabajadora global, no deberían únicamente de ceñirse a hacer buenos procesos de selección, sino que también deberán de enfocar sus canales de difusión de oportunidades a ese público, a hacer una búsqueda activa de perfiles para sus puestos a cubrir, y por supuesto prestar atención a su «employer branding» para motivar a las personas de la generación millenial a que quieran aportar su talento en sus proyectos empresariales.
De todos estos factores somos conocedoras quiénes trabajamos en proyectos dirigidos a la mejora de la empleabilidad de las personas. Y somos conscientes de que conocer la realidad del mercado laboral es importante para ello. Es por eso que impulsamos la capacidad analítica de las personas con las que trabajamos, hacia su entorno, hacia su objetivo profesional y hacia proyecto vital.
La idea es que definan estos elementos y diseñen la estrategia más acertada para conseguir conjugarlos, a corto, medio o largo plazo, y no solamente ceñirnos al entrenamiento y manejo de herramientas específicas para la búsqueda de empleo como entrevistas, currículums o creación de redes profesionales, que está muy bien, pero que sin esa visión de dónde quiero llegar, qué me acerca a mi propósito vital y cómo tengo que hacer para llegar hasta allí, de poco sirven.
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