Una de las razones por las que se creó beWanted fue para cambiar una idea tremendamente arraigada en la industria de los Recursos Humanos: el hecho de que contratamos en base lo que los candidatos han hecho, y les despedimos por lo que son. No les contratamos por lo que son, pero en cambio les despedimos por lo que han o no han hecho.
Sir Ken Robinson se ha hecho muy popular en los últimos años por criticar el sistema educativo actual, por matar la creatividad. Tanto en su libro “El Elemento” como en su charla de TED (una de las más vistas, por cierto), habla de que el actual sistema educativo está diseñado para cubrir las necesidades de la anterior revolución industrial y en consecuencia el sistema produce científicos, ingenieros o abogados en masa, como parte de una cadena de montaje. Se deja a la creatividad y las artes fuera de ese sistema, “matando” nuestra capacidad creativa en el proceso.
Este sistema es parte del problema. Las empresas ven que necesitan cada vez mayor flexibilidad intelectual en sus empleados, aptitudes de aprendizaje y crecimiento más rápidas y capacidades de adaptación a entornos cambiantes. Vamos de la orientación a los resultados, una métrica aritmética, a la orientación al cliente, una métrica mucho más compleja que incluye valoraciones matemáticas, pero también de percepción, habilidad y reputación.
Vivimos en un entorno cambiante, donde necesitamos que nuestros empleados sean adaptables. Y esa adaptabilidad depende en gran medida no de sus conocimientos (dado que el cambio, suele implicar adquirir nuevos) si no a la capacidad de adaptarse, la habilidad de aprender cosas nuevas, de entender problemas no lineales.
Los retos que nos esperan implican un cambio de axioma. El mejor predictor del rendimiento futuro no es el rendimiento pasado. El mejor predictor del rendimiento futuro es la capacidad de crecimiento y adaptación. Ya lo dijo Darwin: «No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que mejor se adapta a los cambios». Busquemos crear activos humanos, contratando a las personas por lo que son, no por lo que han hecho, porque probablemente lo que hayan hecho que ya no sea aplicable.
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