“El único lugar en el que el éxito va antes que el trabajo es en el diccionario”, Harvey Specter
Cuando hace unas semanas hablábamos sobre el Smart Working destacábamos cómo el avance de la tecnología podría tener unos beneficios increíbles sobre los resultados del negocio. Tras hablarte de la película, toca presentarte a su protagonista: el empleado 3.0
Según Superrhhéroes “un empleado 3.0 es aquél que se encarga de sacar partido de las nuevas tecnologías y que, por lo tanto, no se siente atado a horarios de trabajo”. La definición que ellos dan continúa y dice que “es un profesional que se gestiona su propio tiempo, y por ello se encuentra muy por encima del presentismo”. El empleado pasa de ser un mero trabajador a convertirse en un recurso y, por muy fría que la idea pueda parecer, es lo mejor que puede pasar.
El trabajador siempre valió lo que valían sus resultados, y si uno tiene sus propias responsabilidades también debería poder contar con sus propios recursos. El trabajador 3.0 hace un uso propio de su tiempo aprovechándose de las ventajas que pueda encontrar. Se contempla que lo importante ya no es la cantidad de horas invertidas, sino la calidad de las mismas. Así, se pasa por sustituir los puestos de trabajo con determinadas funciones muy delimitadas a contratar a personas con habilidades y competencias, que sean versátiles y tengan adaptabilidad a los cambios.
Pero este nuevo formato de empleado necesita una flexibilidad dentro de la empresa que le permita funcionar de acuerdo a sus características. Para aprovechar el potencial de estos empleados 3.0 que miran dentro y fuera de la organización para sacar partido de todo el potencial que les ofrece la tecnología, se requiere cierta reorganización. El teletrabajo debe estar a la orden del día y el negocio debe contemplar esa posibilidad. Para las empresas que nacen el empleado 3.0 se convierte en el protagonista principal ya que los emprendedores se convierten en sí en trabajadores que desde cualquier lugar y con cualquier dispositivo son capaces de aprender. Y si a ésto se le añade una posible falta de recursos por parte de la compañía se puede contemplar la posibilidad de empezar a contratar a gente para que trabaje desde su casa.
No obstante, también tiene una serie de desventajas que se deben destacar. La primera de ellas es que la presencia del empleado y la experiencia en la oficina puede ser realmente enriquecedora. No son pocas las personas que prefieren acudir a un lugar de trabajo con la intención de cambiar el chip y ponerse en “modo curro”. Además, muchos de los pasos del proceso necesitan la presencia del equipo. Si uno se aísla en exceso no puede colaborar todo lo que querría/debería con el proyecto, lo cual podría traer importantes penalizaciones.
Al final, como en casi todo ‘in medio virtus’, y se deben contar con todo tipo de empleados. La apuesta por dar libertad al trabajador y hacerle responsable de sus recursos y sus obligaciones es la que al final genera los mayores beneficios. Algunos preferirán calentar silla 13 horas al día y otros sólo irán a la oficina a cobrar la nómina.
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