La deslocalización de la producción, las crisis económico-financieras y la pandemia han debilitado notablemente el sector industrial en España, que ha sufrido una caída de la producción. Debido a esta situación y a las amenazas inherentes al cambio climático, numerosos gobiernos están apostando por una reindustrialización para reavivar la industria y ayudar al sector a recuperar músculo, aumentando su peso en la economía e incrementando su resiliencia. Estos nuevos modelos de reindustrialización pasan por ser digitales, sostenibles e inclusivos, y han de estar alineados con los ODS.
En Francia las empresas que cierran un centro de producción están obligadas por ley a un plan de reindustrialización, pero en España depende de la política corporativa de la compañía, de la necesidad de mantener su reputación o de su situación financiera. Pese a la falta de exigencia normativa, y anticipándose a una posible regulación, grandes empresas ya han apostado por un plan de reindustrialización para sus fábricas españolas tras decidir cesar la actividad o deslocalizar la producción, tratando de paliar el impacto en el empleo directo e indirecto y en la economía local.
En este contexto, LHH, la consultora del Grupo Adecco especializada en el acompañamiento de las organizaciones en sus procesos de transformación, ha organizado la jornada “La reindustrialización en contextos de reestructuración”, que ha tenido lugar esta mañana en Barcelona y que ha reunido a más de 90 empresas de la zona. Una iniciativa para impulsar iniciativas innovadoras en el marco de los procesos de restructuración que permitan anticiparse y minimizar el impacto sobre el empleo y el territorio. Asimismo, se busca profundizar en la visión país y en la apuesta firme por desarrollar un sector industrial de futuro, inclusivo y sostenible, al igual que perseguir el aumento de la contribución de la industria al empleo y al PIB.
Marcos Huergo, director general de LHH Transición de Carreras y Movilidad, ha sido el encargado de dar la bienvenida al evento de hoy y ha resaltado que “los despidos colectivos tienen un impacto económico en los municipios y regiones donde tienen lugar, tanto en términos de capital humano (las personas que pierden su empleo, tanto directo como indirecto) como en términos económicos y la reindustrialización está encaminada a paliar estos efectos, es la herramienta perfecta para mantener el empleo, para diversificar industrias en zonas que no contaban con ellas y de generar empleo”.
“En otros países existen leyes que contemplan la reindustrialización. La industria es el motor desarrollo de la economía. Tenemos que hacer un esfuerzo por garantizar el futuro de la industria en nuestro país. Hay que trabajar de forma preventiva en la transformación de la propia industria para evitar cierres y para hacerlas más competitivas”, ha apuntado Huergo.
«La pandemia ha demostrado que los países con mayor peso industrial han soportado mejor la crisis, y la sociedad está tomando conciencia de la importancia de la reindustrialización. No sólo hay que buscar medidas paliativas, de carácter económico, cuando se cierra una instalación, sino que también hay que reindustrializar la zona con proyectos de futuro, con efecto tractor, que impulsen la economía local y creen empleos de calidad», ha añadido el directivo de LHH.
A continuación, el director general de Industria y PYME del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, Galo Gutiérrez, ha inaugurado la jornada presentando una introducción sobre la visión país, la apuesta y defensa del sector industrial. “Cuando hablamos de política industrial, España tiene planteada una política de industrialización para distintos segmentos industriales cuyo elemento será una nueva Ley de Industria, ya que la actual data de 1992 y desde entonces son evidentes los grandes cambios experimentados en todos los terrenos, sobre todo normativos. También se han producido cambios que han impactado sobre la industria: el avance digital, la globalización o las deslocalizaciones industriales”, ha asegurado el director de Industria y PYME.
En palabras de Galo Gutiérrez: “La industria es un sector clave para el crecimiento económico equilibrado de un país y para crear empleo de calidad. La pérdida de peso del sector industrial en España sigue siendo una preocupación y ocupación para el Gobierno, ya que tenemos que aumentar el peso de la Industria en el PIB. Nuestra economía ha ido experimentado un proceso de tercerización que ha hecho que pierda pesa el sector manufacturero. Hay deficiencias de nuestra economía, puestas de manifiesto por la pandemia, como la dependencia externa de materiales básicos. Tanto la UE como España han de desarrollar normativas conducentes a dotar de mayor consistencia y robustez a la industria. Hay que ambicionar el objetivo de alcanzar un peso del 20% del PIB según publicó la Comisión Europea en marzo de 2020 con un nuevo modelo de industria”.
“El tejido industrial en España son pymes, por lo que todas las actuaciones tienen que ir dirigidas hacia las pymes. Los proyectos de transición industrial se fundamentan en los PERTES, a través de los cuales hemos hecho un esfuerzo de innovación tecnológica, y son proyectos de cadena de valor en los que todos los miembros de esa cadena, fundamentalmente pymes, aumenten su nivel tecnológico”, ha afirmado el director general de Industria y PYME.
“El sector industrial es estratégico para la cohesión social y territorial porque a partir de estos empleos industriales, de mayor calidad y más estables y mejor retribuidos, afecta directamente a la capacidad de redistribución de cliente y contribuye al estado del bienestar. Entre las prioridades de la agenda política para impulsar el apoyo a la industria está la función de las AAPP de facilitar la modernización, desarrollo y competitividad de la acción industrial y crear herramientas que contribuyan al fortalecimiento de la industria y a hacerla más competitiva”, ha apuntado Gutiérrez.
La visión de la Generalitat y los sindicatos
Acto seguido, Marcos Huergo ha moderado un panel de discusión formado por Albert Castellanos, secretario de Empresa y Competitividad de la Generalitat de Catalunya, Camil Ros, secretario general de UGT de Catalunya, y Javier Pacheco, secretario general de CC.OO. de Catalunya. Este debate ha abordado la situación actual y visión de futuro de la reindustrialización en la región.
Albert Castellanos, secretario de Empresa y Competitividad de la Generalitat de Catalunya, ha declarado que “estamos en un momento de profunda transformación del tejido productivo, especialmente el industrial. Tenemos una oportunidad con los fondos Next Generation para acelerar el proceso de transformación energético y digital. Tenemos que fortalecer nuestras bases de competitividad, ayudar a los sectores que tienen posibilidades de transformarse tecnológicamente y mejorar la tramitación desde las administraciones para que sean más ágiles y cooperativas con las empresas y el conjunto de la sociedad”.
“El plan de industria 2022-2025 pretende dotar de más fondos a la reindustrialización fomentando la digitalización de las empresas. Hay que avanzar también hacia la movilidad eléctrica y autónoma. Hay que tener anticipación ante los procesos de reindustrialización, y un espacio donde se puedan resolver las crisis durante los procesos” ha afirmado el secretario de Empresa y Competitividad de la Generalitat.
Castellanos también ha resaltado que tenemos “escasa capacidad legislativa y el factor reputacional ha sido algo importante, pero no siempre ha sido suficiente. Las políticas activas de formación serán claves a la hora de facilitar en los próximos años este tránsito. Hay factores en los que la Generalitat puede tener intervención, facilitar los incentivos económicos que ayuden a los procesos de reindustrialización, que tienen un efecto multiplicador importante históricamente. Es imprescindible como la Generalitat puede influir a la hora de activos industriales, hay que evitar un efecto de depravación de la actividad industrial. Hay que crear un marco propio”.
Por su parte, Camil Ros, secretario general de UGT de Catalunya, ha subrayado que hay que tener “autorización administrativa y plan social. Son necesarias para hacer el pacto las políticas industriales, legislación laboral y también las políticas activas de ocupación. Hace falta una visión global, y es importante el marco legislativo, y ver a qué sectores van dirigidos los planes. El convenio sectorial ha de tener un peso preciso”.
En palabras de Javier Pacheco, secretario general de CC.OO. de Catalunya: “No sé si Cataluña, es una comunidad con grandes procesos de reindustrialización. Hay tres formas en las que llegan procesos de reindustrialización: la vía de concurso, el acuerdo laboral con expediente de explotación, y el caso de Sony, en el que han acabado juzgados. Los marcos que tienen que participar son los sindicatos y los trabajadores, la empresa como tal o como facilitadora y la administración. Se necesitan estructuras administrativas legales que acompañen los procesos de reindustrialización, y un código de buenas prácticas puede ayudar en algunas empresas concretas, pero no todas. También es importante plantear la gobernanza de establecer los criterios, la necesidad de incorporar las competencias de la inspección de trabajo. No hay que perder de vista los procesos de acomodamiento de las empresas en nuestro país, tienen que cambiar la cultura”.
La visión de las empresas: buenas prácticas en reindustrialización
A continuación, ha tenido lugar una puesta en común centrada en las buenas prácticas de reindustrialización en Cataluña, moderada por Mercedes Fernández, directora de reestructuración en LHH Barcelona. Han intervenido Alberto Blasco, socio responsable del departamento de Derecho Laboral de Garrigues, y María del Mar Solera, directora de Recursos Humanos de TE Connectivity.
Alberto Blasco, socio responsable del departamento de Derecho Laboral de Garrigues, ha señalado que “la reindustrialización tiene muchas ventajas: transferencias de activos de una empresa a otra, estrechar lazos con la administración, reforzar la imagen de marca, etc.”
“Las claves del éxito para que un plan se lleve a cabo son el management de la compañía, si la decisión se toma desde una matriz internacional se verá solo como una decisión económica. En segundo lugar, el apoyo institucional, social, sindical es esencial, cuando hay unidad de todas las partes y todos están comprometidos con una misma causa el éxito es más fácil. La seguridad jurídica y la confidencialidad durante el proceso es clave para que llegue a un buen fin”, ha matizado Blasco.
Por último, María del Mar Solera, directora de Recursos Humanos de TE Connectivity, ha indicado que “para una empresa siempre es más fácil despedir, pagar y cerrar, que iniciar un proceso de industrialización que es mucho más largo en el tiempo. La reestructuración es una parte de la responsabilidad corporativa de las empresas, de ahí que no estén obligadas”.
En palabras de la directiva de TE Connectivity: “Solo si la empresa es consciente del impacto que su decisión tiene en su territorio va a querer contemplar planes de reindustrialización en su negociación con los representantes de los trabajadores. Hemos de hacer un cambio cultural, la negociación no se puede centrar solo en una cuestión económica sino en el compromiso con el entorno. Está en nuestra mano, aunque no es fácil, influir en decisiones que toman nuestras compañías a nivel internacional porque no es obligatorio por ley”.
El director general de LHH Transición de Carreras y Movilidad, Marcos Huego, ha cerrado la jornada con esta reflexión: “La futura ley de la industria puede suponer un cambio importante ya que es la oportunidad idónea para incluir los procesos de industrialización. Se debe trabajar, además, en compensaciones de todo tipo para aquellas compañías que apuesten por planes de industrialización”.
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