La última encuesta de población activa (EPA), llevada a cabo por el INE, denota un auge del empleo en la industria: concretamente, este sector ha aumentado un total de 93.500 puestos de trabajo este 2023. Sin embargo, la ocupación ha bajado: ahora hay 11.200 españoles y españolas menos que se dedican a este sector. Esta pérdida de personal y aumento de la oferta de trabajo, demuestra que este sector se enfrenta a un gran reto: captar talento joven. En este sentido, según los últimos datos del Ministerio de Trabajo y Economía Social, durante el primer trimestre de 2023, 330.000 jóvenes de entre 16 y 29 años se dedicaban a la industria. Si bien esta cifra ha aumentado en comparación con el primer trimestre de 2022, la tendencia general va en descenso: en 2008 el total de jóvenes que se dedicaban a la industria era de 742.300.
Con el objetivo de impulsar la formación e internacionalización del talento joven en sectores como la industria, el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo ha impulsado el Proyecto ICEX Vives. Algunos de los objetivos de esta iniciativa son generar empleo, facilitar a las empresas la captación de talento joven o fomentar la igualdad de género. En este sentido, cabe destacar que, uno de los retos a los que se enfrenta el sector industrial es el de incorporar más perfiles femeninos en sus plantillas. Según los últimos datos de Statista, en el año 2022 un 16,4% de hombres se dedicaban a la industria mientras que el porcentaje de mujeres descendía a un 7,5%.
A la incorporación femenina y la captación de nuevos y jóvenes talentos se suman otros retos para la industria. Ante esta realidad, la escuela online especializada en formación industrial MINT analiza un poco más a fondo cuáles son estos principales desafíos:
- Incorporación tecnológica. El desarrollo de nuevas tecnologías centradas en el sector industrial tienen el objetivo de mejorar la productividad y minimizar el impacto medioambiental. Así pues, la industria 4.0, haciendo referencia a la cuarta revolución industrial, que se caracteriza por la aplicación de nuevas tecnologías, como la robótica, la gestión de datos o Inteligencia Artificial, centradas en la digitalización y automatización de los procesos. En este contexto, el sector necesitará incorporar 220.000 nuevos trabajadores tecnológicos durante esta década, según los informes de la consultora PwC. Así pues, la digitalización de la fuerza laboral podría producir un aumento del PIB del 6,7% en 2030. En este sentido, la formación a través de másteres o postgrados en el ámbito tecnológico centrados en el sector industrial es una opción que puede resultar atractiva para muchas organizaciones. En este contexto, Beatriz Nespereira reconoce que tanto los “cursos como el Máster en Mantenimiento Industrial 4.0 o el de Industria 4.0 ofrecidos por MINT preparan a los profesionales para comprender los principales retos derivados de la transformación digital de la industria”.
- Relevo generacional y talento joven. Según indican diferentes estudios del Banco de España, el envejecimiento de la población activa retarda la innovación tecnológica, limitando, así, el crecimiento potencial a largo plazo. Además, la creciente digitalización y automatización del sector requiere profesionales capacitados para el manejo de las nuevas tecnologías. Así pues, es crucial para el buen desarrollo de las empresas del sector industrial contar con perfiles jóvenes. A pesar de esto, para este grupo social, la industria puede parecer un sector de trabajo de carácter con escasa adaptación a los nuevos modelos de trabajo. Por lo que, para llegar al talento joven es indispensable estar presente en las principales plataformas digitales de reclutamiento y optimizar el proceso de selección, además de proponer programas de crecimiento dentro de las propias empresas.
- Presencia femenina en el sector industrial. La industria es un sector tradicionalmente masculinizado por el tipo de trabajo o por estereotipos de la sociedad. A pesar de esto, los cánones han cambiado y cada vez se requieren perfiles más variados. Si la propia brecha de género no fuera suficiente, un informe de la consultora PwC indica que esta diferencia cuesta dinero a España, hasta un total de casi 214.000 millones de euros. Este impacto negativo motiva a las organizaciones a elevar la presencia femenina en el entorno industrial.