La presencia de la mujer en puestos directivos, algo que venía recuperándose desde hace algunos años, ha sufrido una caída de dos puntos respecto al año anterior, situándose en el 16,8%. En cuanto a la brecha salarial entre hombres y mujeres es del 13,1% (directivos), 12.6% (cuadros medios) y 11.4% (empleados).
Si hablamos de cifras absolutas, la retribución media actual de un directivo es de 88.129 euros brutos anuales mientras que la de su homóloga femenina alcanza los 77.928 de media. Estos datos se desprenden del informe ‘Brecha salarial y presencia de la mujer en puestos directivos 2022’, presentado hoy por ICSA Grupo y EADA Business School. El trabajo, que cumple su 16ª edición, se ha elaborado a partir de una muestra que recoge datos salariales de más de 80.000 individuos empleados por cuenta ajena en España, captados a través de encuestas directas y plataformas tecnológicas como www.cuantomepagan.com .
Indry Canchila, ingeniera industrial y socia directiva de consultoría de ICSA, considera que “la caída de 2 puntos en la presencia de la mujer en la dirección es una fuga de talentos que solo constata que las organizaciones en España siguen sin estar preparadas para aprovechar la potencialidad del talento femenino”.
En este sentido, la Dra. Aline Masuda, profesora de EADA Business School y colaboradora del informe apunta que “los análisis nos llevan a la conclusión de que, a día de hoy, el puesto de directivo ofrece un ambiente incompatible para la conciliación, que sigue siendo un desafío mucho mayor para las mujeres que para los hombres. El hábito cultural, el mantra es que un directivo tiene que estar presente y dedicar muchas horas de trabajo”
Las mujeres representan solo el 8,8% de las directoras generales en este país, cifra claramente estancada desde hace años. Dentro de las áreas funcionales clásicas, sobresale la presencia femenina en RR.HH. con un 32,9%, seguida de la dirección financiera con casi un 20%. La Dirección Comercial que exige movilidad frecuente y la dirección de operaciones y/o producción que suele referenciarse a carreras técnicas son ámbitos típicamente masculinos. “Nos queda mucho camino por recorrer –concluye Canchila- y debemos seguir insistiendo en el cambio desde la educación, para que podamos lograr auténticos avances, y no efectos paliativos, resultado de la obligatoriedad del cumplimiento de la normativa en materia de igualdad”.
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