«Cena a las 20:00», fue una campaña promovida por la patronal de Hostelería con el fin de mitigar las consecuencias del toque de queda y la limitación en los horarios. Y se cenó a las 20:00. Y eso trajo consigo la reflexión de qué pasaría si se modificaran los hábitos horarios en España en todos los niveles. Esto pone en la mesa de debate la reducción de la jornada laboral. ¿Se conseguirá en España racionalizar los horarios?
«En España, por norma general, la jornada laboral empieza más tarde que en el resto de países europeos. Eso comporta que desayunemos más tarde, cenemos más tarde, y que salgamos más tarde del trabajo» analizan desde Woffu, startup especializada en la optimización de la gestión del tiempo de los empleados. «Y es que, por norma general, los hábitos de comidas, consumo de televisión y sueño son muy diferentes en España. De hecho, según estudios publicados, los españoles cenan dos horas más tarde que el resto de los europeos. Con la pandemia, todo esto se ha visto modificado y se ha comprobado que otro tipo de horarios es posible«.
Y es que, está comprobado que unos horarios en los que la cena es a una hora tardía porque se sale tarde de trabajar, afectan directamente a la salud. «Estar presente en la oficina tantas horas no es sinónimo de más productividad y sí lo es de un deterioro en la salud» comentan desde Woffu. De hecho, según un estudio publicado por Recharge Energy, tres de cada cuatro españoles no duermen lo suficiente. El 74% de los participantes en el estudio asegura dormir menos de 7 horas, que es el mínimo recomendado por los expertos en sueño. Esa falta de sueño acarrea problemas de salud, como estrés, obesidad, presión arterial alta e incluso la posibilidad de desarrollar enfermedades mentales a largo plazo.
España es el país donde más horas se trabaja. En concreto, son 300 horas anuales más que en Alemania, según datos de la OCDE. Sin embargo, tal y como se alerta desde la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios, AROHE, solo somos productivos el 35% de la jornada. Por todo esto, en los últimos meses existe una corriente que aboga por acortar los descansos y adelantar la salida del trabajo, incluso, acortar la jornada. Esta corriente ya ha llegado a instancias públicas y, el pasado mes de mayo, el Gobierno presentó un plan para reducir progresivamente el número de horas trabajadas a la semana» para alcanzar en 2050 niveles similares a los de la UE-8, que actualmente está en 35 horas semanales frente a las casi 40 de España. Esto figura en el objetivo 43 del documento ‘España 2050’. Del mismo modo, el Ministerio de Industria ha llegado a un acuerdo con Más País-Verdes Equo para incluir en los próximos Presupuestos de 2022 el plan piloto para ensayar la semana laboral de 32 horas o cuatro días. Las empresas deben estar preparadas para cambios de esta magnitud. Por eso, se aconseja el uso de herramientas expertas en la gestión del tiempo, y que se ajusten a la casuística particular. De esta manera, se facilitará la transición a modelos de trabajo con menos horarias semanales. Los empleados se sentirán más empoderados tras las reducciones laborales, «acompañemos este sentimiento de la mano de soluciones que le permitan gestionar ellos mismos su tiempo» afirman desde Woffu.
Sin duda alguna, se está extendiendo una tendencia generalizada que apuesta por instaurar otro tipo de jornada, más flexible, más enfocada a resultados y no tanto a cómputo de horas. «La pandemia, el teletrabajo, ha puesto de manifiesto que el trabajo por objetivos es más beneficioso para las empresas, y que es conveniente alejarse de relacionar de forma directa, las horas trabajadas con la productividad» apuntan desde Woffu. Esto va en consonancia con horarios más racionales, que respeten el descanso. Sin embargo, todavía es un camino largo por recorrer y habrá que esperar.
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