Marsh, líder en correduría de seguros y consultoría de riesgos, ha presentado, ante el resto de las empresas socias de la Fundación SERES, la 16ª edición del informe Global Risks Report 2021, estudio elaborado por el Foro Económico Mundial, con la colaboración de Marsh McLennan. En el encuentro se ha puesto el acento en la evaluación de los riesgos sociales. Han participado representantes de ambas organizaciones, Francisco Román, presidente de Fundación SERES, Álvaro Milans del Bosch, CEO de Marsh Iberia y chairman de Marsh Mclennan España y José María Carulla, managing director de Marsh España. Además, la sesión ha contado con la perspectiva de riesgos sectoriales compartida en una mesa redonda en la que han intervenido Rocío Fernández, Chief Risk & Compliance Officer de Altamar, Carlos Ruiz, director de sostenibilidad de Enagás y Juan José Botella, Jefe de Área de Control Económico de Ebro Foods.
Los riesgos medioambientales y enfermedades infecciosas copan la lista de riesgos globales por probabilidad de ocurrencia en los próximos 10 y 5 años, respectivamente. En esta lista también se clasifican riesgos tecnológicos, sociales y geopolíticos, como la concentración del poder digital, la desigualdad digital, la fractura de las relaciones entre estados, el fracaso en la ciberseguridad y la crisis de empleo e ingresos de las personas.
“En Fundación SERES ponemos el foco en la transformación de las empresas para que, a la vez que aumentan su valor, generen un impacto social positivo. Movilizamos a las empresas y a sus líderes para que construyan una realidad mejor. El estudio contempla los riesgos sociales como retos importantes que será necesario encarar en los próximos años, porque estamos en un momento crucial para reconstruir la confianza y generar oportunidades sin dejar a nadie atrás. La pandemia, primero y la crisis económica derivada de ella, después, han evidenciado aún más la necesidad de aplicar una visión a largo plazo, un liderazgo responsable y entenderlo como factores estratégicos en las compañías. Es el momento de las empresas socialmente comprometidas” ha destacado Francisco Román, presidente de Fundación SERES.
España, ha indicado que “este informe desde sus inicios clasifica los riesgos en 5 categorías: sociales, medioambientales, geopolíticos, tecnológicos y económicos. Diferentes métricas según la probabilidad e impacto, en un horizonte que ocupa desde el corto/ medio plazo al largo”. El máximo responsable de Marsh ha añadido que “esta investigación advierte de las amenazas a las que el mundo, las empresas y la sociedad en su conjunto se enfrentarán en las próximas décadas. El estudio incluye además una perspectiva social, muy en línea con el trabajo de la Fundación SERES, con ciertas indicaciones para gestionar mejor o mitigar el impacto social que ha provocado la COVID-19”.
José María Carulla, managing director de Marsh España y portavoz del informe, ha subrayado: “las conclusiones del informe invitan a que la sociedad, las empresas, las instituciones, gobiernos y organismos internacionales colaboremos y motivemos una recuperación basada en la inversión en una economía verde e inclusiva, con medidas a corto plazo que protejan la salud y la educación, generen empleo y fomenten la seguridad en redes sociales”. Carulla ha añadido que “los peligros más inminentes para el mundo en el corto plazo son las enfermedades infecciosas, la crisis del empleo, los fenómenos meteorológicos extremos, los fallos o la falta de ciberseguridad y la desigualdad digital”. “Empresas, gobiernos y sociedad debemos anticiparnos para prevenir crisis y no reaccionar cuando ya han ocurrido”, concluye.
Lucila García, subdirectora general de Fundación SERES, encargada de moderar la mesa redonda, ha resaltado: “en Fundación SERES trabajamos para que las empresas tengan en cuenta los riesgos y también las oportunidades. Llevamos ya 12 años movilizando a las compañías en la identificación de los aspectos que la sociedad necesita para crear un liderazgo claro por parte de ellas en relación con las soluciones que la sociedad del momento requiere”.
En la presentación de este informe se han conocido también los riesgos que identifican como fundamentales para el desarrollo de su actividad en compañías como Altamar, Enagás o Grupo Ebro Foods.
“Las entidades financieras tenemos un papel muy relevante en la construcción de un sistema que respalde el crecimiento sostenible. Además, tenemos identificados riesgos económicos, como los relacionados con el endeudamiento, tanto en términos absolutos como relativos, así como los derivados del incremento de la inflación”, ha señalado Rocío Fernández, Chief Risk & Compliance Officer de Altamar. “Identificamos también oportunidades valiosas desde el punto de vista social. Esta pandemia ha generado mucha desigualdad. El estado de bienestar necesita una mayor inversión privada como palanca para la recuperación económica. Ya estamos viendo una parte de la inversión pública destinada a movilizar recursos privados para construir, por ejemplo, infraestructuras, y así generar empleos duraderos”, ha compartido Fernández.
En el sector energético, Carlos Ruiz, director de sostenibilidad de Enagás, ha incidido en que uno de los mayores riesgos está asociado a las políticas de acción climática y cambios regulatorios. “Otro de los desafíos principales del sector está vinculado al desarrollo de infraestructuras tecnológicas”, ha indicado. Además, el directivo de Enagás, ha destacado el riesgo reputacional como otro desafío al que se enfrenta, en general, el tejido empresarial: “todas las empresas, y en particular las energéticas, están sujetas al escrutinio público y hemos de ser conscientes de la importancia creciente que tienen los asuntos relacionados con la sostenibilidad en la percepción de nuestros clientes, accionistas e inversores y en su impacto en la creación de valor de la compañías en el corto, medio y largo plazo”.
Juan José Botella, Jefe de Área de Control Económico de Ebro Foods, también incide en la necesidad de poner freno al cambio climático y al impacto medioambiental como uno de los desafíos más acuciantes para su sector. “Otros asuntos críticos relacionados con nuestra actividad están relacionados con la ciberseguridad y la obtención de materias primas. Estas últimas están localizadas en instalaciones de países donde sí que existen ciertos riesgos geopolíticos”, indicaba.
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