Desde hace ya varias décadas se están implantando desde los distintos gobiernos medidas dirigidas a promover la conciliación entre la vida laboral y la familiar.
Históricamente, el ejercicio de los derechos ligados a la conciliación de la vida laboral y familiar ha sido ejercido mayoritariamente por mujeres. Según el estudio del Observatorio Social de La Caix, el 37,7% de las madres solicitó una reducción de jornada tras la baja maternal frente al 4% de los padres.
Aunque las medidas de conciliación están disponibles, en la práctica muchos padres tienen la percepción de que su capacidad para usarlas libremente está limitada. ¿Puede tener algo que ver el Convenio colectivo?
Más allá de los convenios
A la hora de establecer el marco y las condiciones de un puesto de trabajo, las empresas instauran las reglas del juego en el convenio colectivo. Un documento que se acuerda entre la empresa y la representación de los trabajadores donde se establecen las bases de la relación laboral, derechos y obligaciones de los trabajadores.
«El convenio colectivo es un marco legal que no puede tener en consideración a las personas, de manera que se limita a homogeneizar el desempeño y las reglas comunes para un determinado sector profesional» afirma Tania Camon, experta en conciliación. «El convenio colectivo es necesario, pero si las empresas no se adaptan a la casuística de las personas, nos dejamos en el camino la oportunidad de que cada persona pueda desarrollar su potencial en la empresa», continúa Tania.
La negociación del convenio colectivo es un largo proceso en el que muchas veces se prima que no se pierdan derechos y que se adapta a cada sector, no a la situación de las personas trabajadoras de cada empresa.
En un mercado en el que las nuevas generaciones reclaman cada vez más flexibilidad y un equilibrio entre lo emocional y lo profesional, los convenios colectivos se perciben como una herramienta arcaica y rígida que tan solo debería servir para conseguir un marco base de mínimos.
El salario emocional
El salario emocional es todas aquellas retribuciones no económicas que la persona trabajadora puede obtener de la empresa y cuyo objetivo es incentivar de forma positiva la imagen que tiene sobre su ambiente laboral e incrementar su productividad.
En una economía en la que ya no es suficiente con el salario económico, y en la que en el contexto actual de crisis hace difícil mejoras en este sentido para muchas organizaciones, las empresas que quieren atraer y consolidar el talento tendrán que recompensar a sus equipos con otro tipo de retribución que les permita conciliar la vida personal y familiar. Sirve para que las personas se sientan parte del grupo y de la organización.
Cada vez son más las personas que consideran este salario emocional a la hora de buscar un nuevo empleo. Horario flexible, teletrabajo, planes de formación, beneficios sociales, capacitación, espacios de distracción en la empresa o guardería son algunos de los formatos más valorados.
Cargando ...
Los comentarios están cerrados.