La Fundación Randstad y la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), han hecho públicos hoy los resultados del estudio Supracapacidades y diversidad funcional. Nuevas perspectivas para el empleo, que ha tenido como objetivo estudiar los diferentes tipos de diversidad funcional y proponer posibles vías de integración laboral para cada una de ellas. Este estudio forma parte de las actividades de la Cátedra Fundación Randstad-UOC sobre Discapacidad, Empleo e Innovación Social que ambas entidades crearon en 2019 con la intención de fomentar la integración en el entorno laboral de las personas con discapacidad en igualdad de oportunidades y de generar conocimiento alrededor de la diversidad funcional.
El estudio pone el foco sobre el concepto de supracapacidad, un concepto que nos hace plantearnos las cuestiones más negativas de la discapacidad, de modo que sean repensadas como uno de los potenciales de las personas con discapacidad funcional. Personas que han tenido que superarse y adaptarse durante toda su vida, siendo expertas en resiliencia, una capacidad muy demandada en la actualidad. ”De este modo, entendemos la supracapacidad como la combinación de talento excepcional, de capacidad y de habilidades para desarrollar determinadas acciones”, afirma Anna Delclos, directora ejecutiva de la cátedra Fundación Randstad-UOC.
El estudio Supracapacidades y diversidad funcional, elaborado por María José García Cantero, graduada en Educación Social y Máster en Dificultades del Aprendizaje y Trastornos del Desarrollo por la Universitat Oberta de Catalunya, destaca que las supracapacidades son cualidades diferenciales que se observan en cada colectivo de personas con diversidad funcional. Cualidades que pueden resultar de gran valor en el ámbito laboral. Esta investigación también señala que la situación de actual crisis puede resultar una gran oportunidad, ya que el teletrabajo se presenta como una fórmula con gran potencial, y en general poco explorada, para incorporar profesionales con diversidad funcional.
Supracapacidades y mercado laboral
La investigación llevada a cabo en el seno de la Cátedra Fundación Randstad-UOC sobre Discapacidad, Empleo e Innovación Social señala, por ejemplo, que las personas con diversidad funcional auditiva desarrollan otras habilidades sensoriales por encima de lo normal, tienen gran capacidad de concentración y de atención al detalle. Además de empleos en espacios especialmente ruidosos, como en el mantenimiento de aeronaves o en fábricas, también son muy valiosos como grabadores de datos.
También desarrollan otras habilidades sensoriales por encima de lo que es habitual las personas con diversidad funcional visual. Asimismo cuentan con buena memoria, gran capacidad de orientación espacial y de discriminación de los sonidos, por lo que pueden llevar a cabo con especial destreza empleos relacionados con la ingeniería de la percepción háptica o puestos como sumiller, afinador o informático especializado en accesibilidad.
El teletrabajo se erige como una opción con gran potencial para las personas con diversidad funcional física, ya que reporta beneficios al empresario, por reducción de costes, mejora de la imagen y aumento de productividad, y por otra parte, mejora la calidad de vida de las personas de este colectivo, al realizar sus tareas profesionales, desde su domicilio, sin barreras de accesibilidad. Como supracapacidades de estos profesionales, el informe destaca los altos índices de motivación y responsabilidad, el afán de superación y la mejora general en el clima laboral.
Los trabajadores con Síndrome de Down son metódicos, disciplinados y constantes, además de ofrecer la supracapacidad de la integración, es decir, su incorporación a grupos de trabajo potencia el espíritu de equipo, el sentido de responsabilidad con respecto a los compañeros y refuerza el sentimiento de pertenencia. Son altamente recomendables para empleos como auxiliar de oficina, ordenanza o auxiliar de comercio.
Las personas con enfermedades mentales han de luchar a diario contra situaciones de estigmatización, ya que son víctimas de falsos mitos y estereotipos que son necesarios refutar constantemente. Como supracapacidades ofrecen un pensamiento divergente y creativo, que les permite desenvolverse de manera satisfactoria en varias disciplinas relacionadas con el diseño y el arte.
Por último, las personas con autismo, probablemente el colectivo con mayores dificultades de integración social y laboral, cuentan con algunas habilidades muy valoradas por los empresarios: la preferencia por las rutinas, las buenas competencias en tareas mecánicas y repetitivas que requieren un alto nivel de concentración, la memoria, y la perfección en los detalles. Por ello, es normal que destaquen en posiciones como catalogador de distintos procesos, bibliotecario, documentalista o experto en programación.
En definitiva, las personas con diversidad funcional pueden ofrecer, no solo un talento muy útil, sino también competencias y habilidades relacionadas con la superación, el esfuerzo y la resilencia, muy apreciadas por los reclutadores en cualquier proceso de selección. Las empresas que apuesten por este talento no solo se verán beneficiadas, sino que contribuirán, de manera determinante, por la normalización social y laboral de estos profesionales.
Los comentarios están cerrados.