Robert Walters, explica cuáles son los 4 fundamentos principales bajo los cuales se debe regir esta modalidad de trabajo para conseguir una gestión positiva y eficaz:
1. La transformación del sistema de evaluación
La gestión del teletrabajo requiere un profundo cambio de mentalidad en los responsables de equipo ya que deberán basar ahora sus sistemas de evaluación en resultados en lugar de en el comportamiento visible. Para que esto funcione, se deberá establecer y mantener un entorno de confianza entre el responsable y cada miembro de su equipo.
2. La generación de alternativas (innovadoras) de comunicación
El teletrabajo es un desafío para la comunicación puesto que los empleados pueden sentir una menor conexión personal entre ellos, y por tanto, un menor sentimiento de pertenencia a la organización. Para combatir este efecto, se deben emplear los diferentes canales digitales disponibles, y establecer eventos regulares que fomenten la comunicación e interrelación. Lo más habitual es realizar reuniones fijas diarias o semanales con todos los integrantes del equipo, empleando para ello herramientas de mensajería instantánea y/o videoconferencia como Workplace chat, Skype, Teams o Duo.
“Es de vital importancia asegurar y respetar la celebración y asistencia a este tipo de reuniones, y favorecer las conversaciones diarias. En caso contrario, los empleados pueden sentirse perdidos a la hora de desempeñar con éxito sus funciones. Los responsables de equipo deben tomarse el tiempo necesario para gestionar y guiar a los diferentes miembros del equipo, así como para asegurar un rendimiento óptimo”, comenta Marco Laveda, Managing Director Spain & Portugal en Robert Walters.
3. La creación de una cultura flexible
Las empresas deben crear un entorno o cultura corporativa en la cual los profesionales no se sientan perjudicados por trabajar en modalidad remota, o se sientan menos beneficiados que aquellos que trabajan de manera presencial. Los empleados que trabajen bajo la primera modalidad puede no sentirse cómodos en una situación de distancia física (y por impacto, una desconexión mental) con su responsable o el resto de miembros de su equipo. Se recomienda, por tanto y encarecidamente, a los jefes de equipo que comuniquen abiertamente las diferentes modalidades de trabajo disponibles dentro de la compañía (presencial, flexible, remota…) con todos sus empleados, asegurándose así de que son tratados de la misma manera y de que cuentan con las mismas oportunidades (siempre y cuando sea posible).
4. El manejo de los peligros del “burn-out”
Con el uso de los dispositivos móviles y del trabajo en remoto, la línea de separación entre trabajo y vida privada puede volverse confusa. Se aconseja a los responsables de equipo que realicen diferentes sesiones de evaluación para asegurarse de que los empleados que teletrabajan no lo estén haciendo en exceso, debido a que este factor puede provocar el efecto contrario al deseado: un nivel alto de estrés, y de agotamiento físico y mental. Las señales más significativas tras este escenario suelen ser un rendimiento inferior, un desapego que no era característico de esa persona con anterioridad, y un comportamiento general de desmotivación.
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