La suspensión de la actividad escolar y el reciente estado de alarma, provocados por la irrupción del coronavirus, han obligado a empresas y a autónomos a instaurar la modalidad de teletrabajo.
Si trabajar desde casa tiene sus ventajas, también tiene inconvenientes, como que no es tan fácil centrarse en nuestras obligaciones cuando estamos confinados con niños en casa.
Si en el día a día la organización es fundamental, con niños es imprescindible. Ahora, en estas circunstancias tan especiales, la técnica general es aplicar las mismas medidas para todos, niños y mayores, ya que al fin y al cabo, todos vamos a teletrabajar.
En Presscode Comunicación & RRPP llevamos años teletrabajando. Aunque tenemos una oficina, la conciliación de la vida laboral y personal está integrada en nuestro ADN desde que nació la agencia y son pocas las ocasiones en las que nos juntamos todo el equipo, por lo que estamos muy acostumbrados a trabajar en la distancia. Es por ello que nos hemos decidido a recopilar algunos consejos basándonos en nuestra propia experiencia:
- Horario: el mensaje que ha calado estos días entre los escolares es que no están de vacaciones, sino que se enfrentan a una situación nueva en la que tienen que continuar con su estudio. Para el teletrabajo es fundamental estar mentalizado. Por eso, depende de la actividad que se realice, pero tener un horario y hacer un orden del día son herramientas clave.
- Espacio de trabajo: destinar un rincón para trabajar es prioritario. No hace falta que sea muy grande, pero a poder ser, que sea luminoso, cálido, y lo más agradable posible, para que invite a trabajar. Es importante que los niños respeten el espacio de trabajo de sus padres, y entiendan que deben comportarse cuando sus padres están en ese espacio. Además, los propios niños han de tener un lugar de estudio, para que entiendan cuándo se está jugando y cuándo “en clase”.
- Material a punto: para ponerse manos a la obra, y evitar movimientos y ruidos innecesarios, es imprescindible preparar y tener a mano todo lo que se va a necesitar. Esto no lleva mucho tiempo, pero es importante precisamente para no perderlo. Al final se trata de ser previsor y analizar un poco la tarea o labor que se va a desempeñar durante la jornada. De nuevo, organización mezclada con un poco de responsabilidad y buen hacer.
- Ambiente: en la atmósfera debe reinar el silencio. Un entorno relajado y tranquilo hace que se trabaje mejor. Una gran aliada es la música clásica que ayuda a la concentración, y es un truco eficaz para evitar charlas entre unos y otros. Esto no se consigue de un día para otro, y depende mucho de las edades de los niños, pero es importante trabajarlo. Un ambiente adecuado invita al respeto y al silencio, fundamental para la concentración.
- Descansos: son fundamentales y deben estar preestablecidos en el horario. Si son recomendables para los adultos, ¡qué decir tiene cuando hay niños! Pausas breves que ayudan a desconectar un poco de lo que se está haciendo y que refrescan la mente para retomar después con más energía el trabajo. Puede ser el momento perfecto para resolver dudas y evitar interrupciones continuas. Una forma de mejorar la productividad, y de nuevo, crecer en respeto hacia el trabajo de los demás.
- Paciencia: sabemos que son tiempos difíciles y complicados. Por eso hay que tener una dosis extraordinaria de calma y ánimo mientras esperamos, en casa, a que todo esto acabe.
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