Los hombres tienen una mejor experiencia en el lugar de trabajo que las mujeres. Así lo constata el reciente estudio Women in the Workplace de Great Place To Work®, consultora líder en la identificación y certificación de Excelentes Lugares para Trabajar. A pesar de que la brecha de género en las empresas certificadas por la compañía es una cuarta parte que en otras organizaciones, el estudio demuestra que todavía queda mucho por hacer.
Por lo general, las mujeres creen que las personas no reciben un pago justo por el trabajo que realizan en mayor proporción que los hombres. Esto se debe a que, en mayor frecuencia que ellos, han experimentado situaciones de gestión donde los repartos de promociones y proyectos se hacían injustamente y con favoritismos. Tiene sentido, porque en España el salario de las mujeres es un 28,6% más bajo que el de los hombres, según datos de la Agencia Tributaria, y se necesitarían 105 años para cerrar esta brecha.
Además de la salarial, la brecha de percepción: algunos no lo ven
La brecha que separa a hombres y mujeres no solo es real, también adopta distintas formas según el ojo de quien mire. Los hombres, por ejemplo, tienen casi el doble de probabilidades de creer que las personas reciben un trato justo independientemente del género, en comparación con las mujeres. Esta diferencia de percepciones también varía dependiendo de si los empleados pertenecen al colectivo LGTBI+, son de distinta raza o etnia, tienen alguna discapacidad o son de generaciones más jóvenes.
En una escala de jerarquías, también se observa que los empleados son menos propensos a percibir diferencias de trato cuanto más alto es su rango. Por ejemplo, los hombres ejecutivos tienen 2.6 veces más probabilidades de percibir un trato justo independientemente del género, en comparación con las mujeres ejecutivas. Con cada aumento de estatus en la carrera profesional, hay un aumento igualitario en la sensación de inclusión entre mujeres y hombres, por lo que la brecha de género persiste en cada etapa.
Cerrar estas brechas depende en gran medida de la inclusión. Todos los empleados necesitan tener un sentido de pertenencia entre sus compañeros y creer que todos son tratados de manera equitativa. En este sentido, en todas las organizaciones analizadas en el estudio, los hombres se sienten más incluidos que las mujeres en su espacio laboral. Sin embargo, sentirse incluido en el trabajo no es lo mismo para todas las mujeres. Según el estudio de Great Place To Work®, las mujeres pertenecientes a diferentes razas y/o etnias se sienten menos incluidas en el trabajo en todos los niveles de administración.
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