Los últimos datos del paro registraron una afiliación femenina a la seguridad social récord en el mes de febrero con casi 9 millones de mujeres dadas de alta. Sin embargo, de los 3.246.047 españoles que se encuentran actualmente desempleados, la cifra de mujeres paradas alcanza el 1.896.072, un 28,8% más que los hombres. De hecho, según datos del INE, en 2019 el 51,9% de las mujeres de 25 a 29 años había finalizado estudios superiores, frente al 40,9 % de los hombres en la misma franja de edad. Pese a ello, la tasa de paro de estas mujeres es un 3,27% mayor que la de los varones.
En este contexto, IWG recuerda que los espacios de trabajo flexible impulsan la inclusión y la diversidad, ya que son más accesibles tanto para los padres y madres a tiempo completo como para los que desean trabajar de manera flexible para dirigir proyectos y actividades al margen de sus trabajos habituales. La reciente ampliación del permiso de paternidad a 12 semanas es un claro ejemplo de una nueva realidad laboral más exigente con la conciliación entre la vida laboral y personal de los empleados. No obstante, 9 de cada 10 empresas españolas todavía no tienen implementados planes de igualdad, a pesar que será obligatorio implantarlo a partir del próximo 7 de marzo.
El concepto “trabajo flexible” va mucho más allá del trabajo parcial y se refiere a la capacidad de los trabajadores para trabajar como quieran, donde quieran y cuando quieran. Esto es especialmente importante a la hora de conciliar, algo vital para el 81% de los españoles según una encuesta de IWG, el proveedor de espacio de trabajo líder a nivel mundial. En este sentido, la encuesta refleja que el 69% de las empresas españolas está aplicando políticas flexibles para atraer y retener el mejor talento, entre ellos, el femenino.
El impulso a la flexibilidad laboral contribuye a que las madres trabajadoras que acaban de incorporarse de una baja de maternidad compaginen sus tareas familiares con su trayectoria profesional. De lo contrario, las mujeres seguirán percibiendo que su maternidad repercute negativamente en sus carreras profesionales y valoran pausar su desarrollo profesional o la reducción de jornada. En 2019, cerca del 8,3 % de las madres trabajadoras abandonaron su puesto de trabajo cada trimestre (según el Informe de closinGap ‘La brecha de género en la conciliación’) y, al cierre del año, el 75% de los ocupados a tiempo parcial por cuidado de hijos, familiares dependientes eran mujeres.
Philippe Jiménez, country manager de IWG en España, señala que “esta realidad no solo supone el ya conocido techo de cristal para las mujeres trabajadoras sino que provoca una falta de diversidad en las empresas españolas que se traducen en una menor productividad y un impacto económico negativo con la consecuente pérdida del talento femenino por las horas no trabajadas”. “Las empresas que optan por alojarse en oficinas flexibles o permiten a sus empleados que vuelven de una baja maternal trabajar en este tipo de espacios, les proporciona la flexibilidad y la agilidad deseada para ambas partes, tal y como señalan el 85 % de las empresas encuestadas por IWG”, subraya Philippe Jiménez.
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