La brecha entre los hijos deseados y los realmente concebidos por muchas parejas españolas continúa dando datos poco esperanzadores sobre la futura natalidad de nuestro país. Con motivo de la celebración de la Semana Europea de la Fertilidad, la clínica de reproducción asistida Ginefiv informa de los resultados del estudio ‘Conocimiento y hábitos de la fertilidad de las mujeres’, realizado en junio de 2019. Los datos apuntan que el 43% de las 3.112 mujeres encuestadas considera que tendrán menos hijos de los deseados por razones, principalmente, económicas. Aunque no se trata del único factor condicionante dentro de estos planes de futuro. La situación laboral también toma parte de protagonismo en este vertiginoso descenso de nuevos nacimientos, con un 16% de mujeres que se plantean tener menos hijos de los que les gustaría para evitar posibles efectos negativos en su puesto de trabajo.
Condicionantes que terminan mermando el sueño de muchas mujeres en España y que retrasan el avance de los índices de natalidad actuales. De hecho, según la Encuesta de Fecundidad de 2018 elaborada por el Instituto Nacional de Estadística, tres de cada cuatro mujeres querrían tener, al menos, dos hijos en total. Una cifra deseada que contrasta notablemente con la tasa de fecundidad actual, situándose en apenas un 1,31. Esta confrontación de ideas, entre los hijos deseados y los finalmente nacidos, es a lo que se le denomina como ‘child gap’, que sitúa a España entre los índices más altos de Europa. A todo esto, además, habría que añadirle la dificultad por una gestación en edad tardía, ya que se considera como el factor determinante a la hora de quedarse embarazada.
“Existe un gran desconocimiento acerca de la influencia que ejerce el factor edad en un embarazo. Muchas subestiman este dato, considerándolo mínimamente importante, pero lo cierto es que se trata de un elemento que incide, de manera clave, en las posibilidades de ser madre. El 25% de las encuestadas ha considerado que la fertilidad de la mujer desciende considerablemente a partir de los 40 años en adelante, sin embargo, es a partir de los 35 años cuando se comienza a experimentar una caída considerable “, explica la Dra. Victoria Verdú, coordinadora de Ginecología en la clínica de reproducción asistida Ginefiv.
Asimismo, contar con una buena salud reproductiva y conocer el estado de la reserva ovárica resultan ser fundamentales para que la maternidad pueda hacerse efectiva. En este punto, y según la misma encuesta realizada por Ginefiv, el 48% de las mujeres consultadas considera que tener una baja reserva ovárica influye en la dificultad para conseguir un embarazo. De esta forma, y aunque es cierto que tener una reserva ovárica baja no significa que no se pueda ser madre de forma natural, resulta muy probable que sí se encuentren más dificultades para conseguir un embarazo según avanza la edad.
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