La sociedad actual vive muy deprisa, el trabajo es, sin lugar a dudas, uno de los conceptos que ocupan un mayor porcentaje en la vida de las personas. Prácticamente nos pasamos más horas dedicando nuestra atención y energías a trabajar, ser mejor profesional e incluso estudiar o formarse para ascender o promocionar en nuestros trabajos.
Cuantas veces habrás escuchado las frases “no tengo tiempo para esto” o “¿Cuánto hace que hago esta cosa?”… realmente son muchas las tareas de ocio que dejamos de hacer por dejarnos llevar por la trepidante corriente rutinaria a que aporta el trabajo.
Prácticamente dejamos de cuidar nuestra vida, lado personal y social, aunque es digno destacar que las nuevas tecnologías se han convertido en el factor determinante para el nuevo “modo” de socializar. Las páginas de citas para buscar pareja se sitúan como la herramienta estrella para una sociedad carente de tiempo y pegada a un dispositivo móvil.
Con todo, el trabajo supone responsabilidades, preocupaciones y retos diarios que difícilmente se dejan en la oficina. Un gran porcentaje de profesionales y trabajadores de todo el mundo se lleva la “carga” de su trabajo a su tiempo libre.
La palabra clave de todo esto es “Desconexión”, las personas tenemos que tener la capacidad de desconectar de todo aquello que viene con el trabajo, para tener la libertad de “vivir” y crecer de manera personal.
Esta “desconexión” es clave para afrontar la vida con nuestras apetencias, deseos y compartirla con la gente de nuestro entorno de la mejor manera posible. Pero aquí no acaba todo, no poseer una vida “fuera del trabajo” sana y activa repercute negativamente en el rendimiento laboral.
Equilibrar trabajo con ocio es el gran reto de la sociedad moderna y, a día de hoy, parece muy lejos de cumplirse. El trabajador sin tiempo a crear una vida personal plena ocupa todo su tiempo en sus responsabilidades profesionales, descansa poco y…prácticamente deja de “vivir”.
Su rendimiento disminuye y el compromiso con la empresa puede llegar a ser nulo. Los departamentos de Recursos Humanos saben de la existencia de este gran problema. Confiar en que el propio trabajador sea capaz de trazar una línea distante entre trabajo y ocio es una alternativa arriesgada.
Tradicionalmente se pensaba que para mantener la concentración y el alto rendimiento, los empleados debían tener una separación estricta entre el hogar y el trabajo.
Sin embargo, una nueva investigación sugiere que la integración en ambos entornos facilita la efectividad en el trabajo y mejora la gestión de la vida personal de los trabajadores.
¿Cuál es la solución? Bien, es una difícil pregunta. Por un lado, las personas han de detenerse y analizar el tiempo de calidad que proyectan en sus espacios de ocio (amistades, familia, relaciones de pareja, hobbies…) y priorizar y pasar a la acción para mejorar.
Por otro lado, las empresas también ocupan un papel esencial para facilitar un mayor equilibrio en la balanza. Las nuevas tendencias en las estrategias de Recursos Humanos tratan de implementar “flexibilidad” con el fin de crear un entorno de trabajo capaz de generar unas condiciones para que el trabajador pueda optimizar su tiempo de ocio.
Trabajo y ocio dos conceptos tan diferentes pero vinculados íntimamente. La sociedad tiene un reto de marca mayor para mejorar su calidad de vida.
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