Los españoles no disponemos de suficiente tiempo para conciliar, debido a que los horarios laborales son muy dilatados en comparación con los países de nuestro entorno.
La jornada partida con dos horas destinadas a la comida es una singularidad española en el entorno europeo y supone, en términos de conciliación, una hora menos de tiempo disponible cada día laborable para el 40% de los ocupados que cuentan con este horario (45,6% de los ocupados hombres y 32,6% de las ocupadas mujeres).
El segundo informe de ClosinGap sobre el coste de oportunidad de la brecha de género en la conciliación pone de manifiesto que esta jornada partida supone la pérdida de disfrute de 1.706 millones de horas de tiempo libre al año. Estas horas equivalen el 5,2% del total de horas trabajadas por todos los ocupados en España durante el año 2017.
De ser reconsiderada esta situación, sería posible adelantar el momento de la salida del puesto de trabajo en una hora sin comprometer el número de horas trabajadas, pudiéndola destinar a la dimensión personal y a una mejor conciliación.
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