A pesar del creciente reconocimiento de la desigualdad de género como un problema real y de la implementación de programas para favorecer la diversidad y la paridad en los equipos de trabajo, es un hecho que todavía queda mucho camino por recorrer, y el ámbito de la investigación y de la medicina no son excepciones. Existen evidencias de que, en disciplinas científicas, se subestima la formación de las mujeres, estando infrarrepresentadas en posiciones de poder, de organización y de liderazgo.
Relativamente pocas mujeres alcanzan puestos de responsabilidad en el mundo científico y académico, y es ahí donde, aparentemente, comienza el círculo vicioso de la invisibilidad de la mujer: no hay mujeres que sirvan de inspiración para jóvenes científicas, no hay mujeres líderes que ofrezcan una conferencia de prensa y no se piensa en las mujeres como ponentes en los congresos.
Por ello, la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) pone en marcha su Observatorio de Igualdad. “Abordar la cuestión de la desigualdad de género en el mundo científico es, sin duda, un primer paso para avanzar en su transformación; por ello, la SEMI apuesta por esta iniciativa. Queremos, como institución, dar visibilidad a la desigualdad de género y explorar estrategias que permitan incrementar la participación de las mujeres en el ámbito de la Medicina Interna”, señala el Dr. Ricardo Gómez Huelgas, presidente de la SEMI.
En este sentido, para conseguir cambios apreciables y lograr la igualdad de género, los esfuerzos han de ir orientados a transformar los propios sistemas en los que las mujeres trabajan, según las conclusiones de un estudio publicado en The Lancet en 2015.
Ponencias científicas: representación de las mujeres alejada de la paridad
Como primera medida de su Observatorio de Igualdad, la SEMI ha querido analizar la presencia femenina a diferentes niveles, como en Reuniones Científicas de la Sociedad en el año 2018 (asistencia, organización y ponentes), número de socios, estudiantes en las Facultades de Medicina y Cirugía y residentes de Medicina Interna, a nivel nacional y por comunidades, o las publicaciones realizadas por mujeres como primer autor en la Revista Española de Medicina Interna.
“Participar en conferencias es importante para progresar profesionalmente. Los congresos no son únicamente una fuente de conocimiento académico, se convierten también en lugares de encuentro entre profesionales que generan oportunidades de colaboración, referentes científicos y redes de contacto, de ahí, que hayamos querido analizar en primer lugar la presencia de mujeres en Reuniones Científicas de la SEMI durante 2018”, explica la Dra. Asunción Gonzálvez Gasch, médico especialista en Medicina Interna y coordinadora del Observatorio.
¿Y qué revelan los resultados de este análisis? La SEMI celebró un total de 32 congresos y reuniones durante el año 2018, con un total de 6.734 asistentes, de los cuales 3.611 fueron mujeres (el 53%); pero de los 1.101 ponentes o moderadores, solo 349 fueron mujeres (el 31%), de hecho, sólo en 6 de las 32 reuniones predominaban las mujeres ponentes o había un porcentaje equilibrado (18%).
Por su parte, menos de la mitad de estos eventos (13) fueron organizados por mujeres (40%).
Es decir, con independencia de cuál fuera el porcentaje de mujeres asistentes a una reunión científica, la proporción de mujeres ponentes o moderadoras era casi siempre inferior a la de asistentes, por lo que su representación como ponentes en estas reuniones está alejada de la paridad y de la realidad femenina de la audiencia.
Posibles causas del sesgo de género
Tal y como explica la Dra. Gonzálvez, este sesgo de género en las ponencias científicas probablemente no es un acto deliberado, “se trataría más bien de una exteriorización de un sesgo que está interiorizado como fruto del aprendizaje de la sociedad en la que vivimos”. Además de este sesgo ‘inconsciente’, se han estudiado otras hipótesis, como la posible contribución de la “autoselección” femenina, o dicho de otro modo, que sean las propias mujeres las que declinan una invitación como ponente.
“No queda claro en qué medida puede influir el llamado efecto ’academic pipeline’, que viene a significar el desgaste del género femenino a medida que avanzan los años en el mundo profesional científico, de modo que, se aprecia paridad de género en etapas iniciales de la formación para posteriormente observar una representación significativamente reducida del género femenino en ponencias científicas, especialmente en las conferencias plenarias de los congresos”, apunta la coordinadora del Observatorio.
En el curso académico 2017-2018, de los 42.796 estudiantes matriculados en las Facultades de Medicina y Cirugía en España, el 67% son mujeres; “veremos si esta proporción se mantiene en el futuro en posiciones de alto nivel académico”, añade.
Abordar la cuestión de la desigualdad de género en el mundo científico es sin duda un primer paso para avanzar en su transformación. Otras sociedades científicas americanas y europeas ya han experimentado cambios positivos tras dar visibilidad al sesgo de género. “Una de sus propuestas, y que desde la SEMI consideramos de enorme utilidad –agrega-, ha sido crear una base de datos que incluya mujeres referentes en temas concretos, con su trayectoria y experiencia, para contribuir a perder la invisibilidad de las mujeres y servir de referencia”.
De hecho, y tras el primer análisis de la situación llevado a cabo en el marco del Observatorio, la SEMI va a elaborar un decálogo de propuestas encaminado a revertir la situación.
“La lucha contra la desigualdad de género es responsabilidad de todos, lo que implica que el ‘feminismo científico’ es también para todos, hombres y mujeres, investigadores, facultativos, líderes institucionales y también, cómo no, sociedades científicas”, concluye el presidente de la SEMI.
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