Al menos 5,4 millones de mexicanas han sufrido violencia laboral y pese a que se ha luchado por la equidad todavía está lejos de conquistarse.
Yazmín Ramírez Martínez, Coordinadora de Psicología de la Universidad del Valle de México (UVM), campus Chapultepec, destacó hoy que la violencia laboral incluye cuestionamientos que ponen en duda el talento de las mujeres.
«Muchas veces lo atribuyen a causas ilegítimas como artimañas femeninas o relaciones amorosas o sexuales con su jefe, sobre todo si la empleada recibe un «ascenso repentino», destacó.
De acuerdo con la Encuesta Nacional Sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2016, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), más de cinco millones de mujeres han padecido violencia laboral.
De las mujeres que sufren o sufrieron violencia en el trabajo, 93,4 % no solicitó apoyo de alguna institución, y sólo el 1,5 % pidió apoyo y el 5 % presentó una queja o denuncia.
Las razones para no hacerlo son varias: 41 % porque no les afectó, el 23,9 % porque tenían miedo y el 20 % porque no sabían cómo denunciar.
Además el 17 % de las mujeres que sufrió violencia laboral, pensó que no les iban a creer y que además «sería su culpa», el 14 % tampoco denunció porque tuvo vergüenza.
La especialista explicó que este tipo de violencia se puede manifestar también en no darle a la mujer más labores durante el horario de trabajo, mostrar indiferencia o ignorar a la empleada.
«En otros casos, algunas madres trabajadoras, al solicitar permisos para atender asuntos de su familia, todavía reciben reproches verbales y esa violencia verbal es muy delicada», manifestó la docente de UVM Campus Chapultepec.
Agregó que en ocasiones también trabajar más que el hombre y recibir incluso menor remuneración es otro tipo de violencia.
Un informe de 2016 publicado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) resaltó que a nivel mundial las mujeres ganan un 77% del salario de los hombres.
Mientras que en los países en desarrollo, las mujeres trabajan tres días más que los hombres por mes y reciben también en promedio un ingreso inferior, en todos los segmentos ocupacionales.
Ramírez Martínez dijo que, además, las mujeres suele vivir con culpa por no cumplir con todos los roles que se les asignan laboralmente y los que tienen que cumplir en casa.
«Una mujer cuando llega a una posición de alto mando suele estar presionada para repetir el mismo sistema autoritario que el varón», aseguró la experta.
La especialista dijo que aunque cada vez hay más espacios directivos para las mujeres, aún se siguen topando con algo llamado «techo de cristal».
«Hay un momento en el que las mujeres ya no podemos acceder y lo vemos en la vida política, en las mesas directivas, en las empresas, ahí es donde topamos porque por cada cinco hombres que pueden tomar la decisión, hay una sola mujer», lamentó.
Finalmente dijo que se debe seguir luchando por cambiar esta realidad «pues aún no se conquista la igualdad por la que hemos luchado las mujeres», concluyó la docente en un evento con estudiantes con motivo del Día UVM, dedicado al tema de la violencia de género.
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