La «nula» flexibilidad horaria, el «mobbing maternal» o presión laboral a las trabajadoras embarazadas, la falta de incentivos en forma de ayudas públicas y la baja implantación de la jornada son algunas de las razones por las que la conciliación de la vida laboral y familiar en España «es aún hoy una utopía», según explica un informe elaborado por el Instituto de Política Familiar (IPF).
El trabajo, ‘Conciliación de la Vida Laboral y Familiar en España’, afirma que las empresas españolas «van a contracorriente de Europa con unas jornadas laborales infinitas, que en muchas ocasiones se alargan por factores culturales y merman la competitividad y productividad de la economía», perspectiva que comparte la mayoría de los españoles según reveló la encuesta del CIS Género y Familia en 2012.
En lo que respecta a las empresas, el informe afirma que «no hay apoyo» porque el 18% de las trabajadoras embarazadas sufre presiones por su empresa debido a su maternidad y cerca del 25% de embarazadas de entre 18 y 25 años acaban siendo despedidas.
Indica además que España, con Portugal, es el país de la UE28 «con menor flexibilidad laboral», ya que sólo uno de cada nueve españoles (el 11,9%) tiene horario flexible y son el 2,6% los que pueden fijar el horario sin limitaciones del empresario. Además, sólo tres de cada diez trabajadores tienen jornada continua, aunque el 90% la prefieren para poder conciliar. La jornada parcial también está por debajo de la media europea, con un 15,9% frente al 20,4%.
«Existe una cultura del presencialismo laboral, que provoca trabajar más horas de las necesarias, con horarios improductivos, extensos e ineficaces», denuncia el informe, del que se desprende que cuatro de cada diez asalariados «suele prolongar su jornada laboral», mientras que «sólo 7 de cada 100 ocupados usa el teletrabajo», cuando en la UE28 la media está en un 13,5%.
En lo que compete a las administraciones públicas, el informe indica un «déficit de ayuda» que está provocando «pocos permisos de maternidad», ya que una de cada tres personas (casi 145.000) no se benefició el año pasado de este derecho; y bajas de maternidad cortas, con 16 semanas frente a la media europea, que es de 26 semanas.
En cuanto a las excedencias por cuidado de familiares, el IPF concluye que son «más teoría que realidad» porque «sólo 2 de cada 1.000 españoles piden excedencia: 39.000 excedencias anuales para el cuidado de familiares (el 0,24% de todos los asalariados)» ya que si bien se reconoce este derecho, no se cubre con ninguna prestación económica.
El IPF propone dar la vuelta a esta situación con medidas como «promocionar los horarios flexibles acordes a las necesidades de los trabajadores con hijos pequeños, cuidado de mayores o dependientes», impulsar la jornada continuada con incentivos a las empresas, promover «el destierro de la cultura del presentismo» o compensar «por libre elección de actividad» con un importe equivalente al SMI a quienes quieran quedarse cuidando de los niños hasta que cumplan los 3 años.
Aumentar las guarderías, los días libres para asuntos familiares, impulsar una «profunda modificación de los horarios en España», subvenciones a empresas que tengan un «alto porcentaje» de trabajadores con hijos o «promover el contrato compartido», son otras de las medidas que el IPF propone para convertir la conciliación en una realidad.
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