El 67% de las mujeres europeas ambicionan disponer de más tiempo para hacer todo lo que deben y quieren, hasta un máximo de casi cuatro horas, según el estudio ‘Las mujeres y las ciudades’ realizado por Ipsos para el Grupo Lafarge en cinco urbes europeas (Madrid, Cracovia, Marsella, París y Varsovia).
En el caso de las madrileñas, reivindicarían un promedio de 3 horas y 14 minutos extra cada día (frente a 2 horas y 36 minutos que reclaman las parisinas, por ejemplo). En el caso de las mujeres con hijos, necesitan una media de 3 horas y 54 minutos cada día para hacer todo, frente a 2 horas y 57 minutos para las mujeres sin hijos, según el estudio.
El documento también constata que los entrevistados de las cinco ciudades europeas reconocen que la mujer sigue asumiendo más responsabilidad que los hombres en las tareas domésticas. Así, el 78% de las mujeres urbanas entrevistadas considera que realiza las tareas domésticas, como limpiar la casa, organizarla o cocinar.
El cuidado de los hijos es la segunda tarea prioritaria para el 73%, seguida de la compra de abastecimientos para el hogar (64%) y otras tareas administrativas (para el 35%). El estudio no constata diferencias significativas entre hombres y mujeres en la percepción de quién realiza estas tareas.
El estudio asimismo pone de manifiesto que la ciudad es el lugar donde las mujeres se sienten más libres (83%) y la vida es más propicia para su desarrollo como individuo frente a la vida en un entorno rural (88% de las mujeres de Madrid, frente al 84% del promedio de las 5 ciudades) dado que para el 92% la urbe también proporciona mayores oportunidades laborales.
En la misma línea, los habitantes de Madrid y las madrileñas en particular consideran más que la media europea que la igualdad entre hombres y mujeres se respeta más en la ciudad que en el campo (76% de las madrileñas contra 72% de las mujeres de las 5 ciudades) y en particular en el ámbito profesional (76% de las madrileñas contra el 68% en las 5 ciudades).
Además, aunque se declaran satisfechas con su vida en la ciudad, las ciudadanas europeas tienen también altas expectativas de alcanzar una vida mejor, más agradable, que más se adapte a su rutina. De hecho, para el 74% de las mujeres europeas, las ciudades estarían mejor adaptadas a sus vidas si ellas estuvieran más involucradas en su diseño y gestión (un 63% en el caso de las mujeres de Madrid). En cuanto a lo que podría tener mayor impacto en una mejora de su calidad de vida, las mujeres de Madrid sitúan «un entorno más agradable menos contaminado».
Por tanto, y respecto a los aspectos a cambiar para hacer la ciudad más agradable, la contaminación (73%) y el estrés (62%) son las dos razones más citadas por quienes tienen una imagen negativa de la ciudad. Las madrileñas críticas evocan esos mismos motivos pero de manera menos acentuada (59% en cada caso).
Con el fin de conciliar mejor la vida familiar y laboral, las mujeres están claramente a favor de las ciudades con varios centros, pequeños pero repartidos en diferentes puntos de la ciudad, en lugar de las ciudades con un centro-ciudad único (74% contra 26%).
SERVICIOS EN LA CIUDAD
Por otro lado, las madrileñas, en coincidencia con el resto de las europeas, valoran en primer lugar que la disponibilidad de los centros sanitarios sea mejor que en las zonas rurales (94%); encontrar un trabajo (92%), el acceso a las instituciones administrativas (90%), a los centros educativos (78%), a los sitios para las compras de alimentos (74%), y la disponibilidad de muchos transportes (68%).
Sin embargo, las ventajas de la vida urbana están menos claras con respecto a la educación de los niños ya que para el 49% de las mujeres europeas es igual de fácil en la ciudad que en las zonas rurales, aunque en el caso de Madrid, su visión es más positiva, dado que 39% prefiere la ciudad para la educación de los hijos.
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