Ha acompañado a políticos en activo a superar retos y mejorar sus resultados. Un trabajo de coach que también ha desempeñado con altos ejecutivos.
El experto imparte en Madrid un programa para lograr que el político recupere sus valores y mantenga al ciudadano en el centro de su actividad y ha contestado a nuestras preguntas.
En este momento actual en que los políticos tiene tan mala prensa, ¿cobra aún más sentido este programa de Coaching y Política?
El interés que pueda tener el programa para el político, en mi consideración, es que si un político tiene una vocación auténtica y es consciente de que su actividad tiene “mala prensa”, como dices, él debería estar disponible para buscar todos aquellos apoyos que puedan mostrarle caminos para diferenciarse de esa opinión y para contribuir a cambiarla. Salir de su propia manera de observar y entender que nece-‐ sita el ciudadano para sentirse representado es clave.
En el segundo caso, en cuanto al interés para un coach que quiera entrar en el ámbito del coaching político, me remitiría a uno de los principios del coaching y es que sin quiebre [di-‐ ficultad] no hay coaching. Creo que si la política gozase de una portentosa salud sería el signo de que los políticos hacen muy bien lo que han venido a hacer y sería menos obvio que requiriesen ser acompañados. Lo veo así de simple.
Además, en ambos casos, tengo la convicción personal de que no podemos eludir nuestro compromiso con la sociedad de la que somos parte, está en la esencia de lo humano. Ser-‐ vir a ese compromiso implica contribuir a la mejor política posible.
¿Para qué Coaching Político para un político? Qué le aporta, qué le presenta nuevo…
Fundamentalmente porque la necesidad de esa consciencia le debería llevar a salir de la presión de las múltiples fuentes de poder que tratarán de capturar su opinión, porque en un mundo en donde todos los actores tienen intereses contra-‐ puestos requerirá del espacio de reflexión en donde un acompañante pueda relacionarse con él con el único foco de su desarrollo, libre de ideologías y de posiciones. La historia nos muestra como quienes detentaron el poder necesitaron salir del espacio de sus íntimos para poder encontrarse con su libertad de elegir.
Hablamos del síndrome de la soledad del poder. El coaching es una forma de salir de esa soledad o al menos de que sea una soledad acompañada.
Finalmente, creo que el político puede, en su actividad, ir separándose de los valores y motivos que le llevaron a una actividad que tiene una esencia generosa de servicio. El coaching es una posibilidad para mantener esa conexión, para volver a la casa de la que partimos.
¿Son todos los políticos iguales?
¿Son todos los ciudadanos iguales? ¿Son todos los jóvenes iguales? ¿Son todos los empresarios iguales? Sabemos ínti-‐ mamente que no. Lo lamentable es que la noticia suele ser lo negativo y cuando nos nutrimos de noticias, terminamos viendo un mundo que repite sus conductas y caemos en la generalización.
¿Qué es el Liderazgo Consciente? ¿Por qué y para qué ha de ser el político un líder consciente?
Voy a tomar tu pregunta considerando que no se refiere a una etiqueta de las que hoy ponemos a las cosas: liderazgo adaptativo, liderazgo transformacional, liderazgo creativo. Todos estos adjetivos están contenidos, en mi opinión, en la profunda esencia del liderazgo. No se trata sólo de la habili-‐ dad para ser seguido, se trata de la capacidad para entender el mundo en el que estamos, las corrientes que lo mueven (algunas más invisibles que otras), las necesidades de los seres humanos en ese mundo y la mejor forma, no ya de articular, sino de generar las condiciones para que se articu-‐ len los anhelos, las voluntades y los recursos.
No cabe duda de que esto requiere de la aparición de una conciencia superior, de personas conscientes del mundo en el que viven y de sus propias posibilidades. En suma, cons-‐ cientes de sí mismos. ¿No resulta obvio que quienes quie-‐ ren acceder a la gobernabilidad de la convivencia social de-‐ ben tener esto?
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