Solo con propósito doy sentido a lo que me pasa y además soy capaz de enderezar aquello que quiero alcanzar. Tiene que ver con el “PARA QUÉ“ hacemos lo que hacemos. No depende de mi puesto o de mi función en una empresa o el lugar que ocupo en mi familia sino del sentido que le doy y el grado con el que me comprometo.
Tal Ben-Shawar y Angus Ridgway en su libro Ser feliz es decisión tuya, analizan los tipos de trabajos conforme a nuestro nivel de sentido o compromiso. El sentido se experimenta cuando existe conexión entre lo que hacemos y nuestros valores, si creo o no en lo que hago. El compromiso es la motivación y energía que ponemos.
Todo lo que hagas con un propósito es la situación más motivadora y satisfactoria para cualquier persona. Algo que ayuda además al sistema inmunológico. Y la buena noticia es que depende de una decisión propia y que tomo Yo mismo. Si soy capaz de darle sentido a lo que hago y me comprometo con ello, seré capaz de encontrar el propósito en mi vida, mis proyectos, mis retos o las metas que me proponga.
Cuando tienes un propósito, tus días adquieren un sentido renovado, recuperas la pasión y el encanto por la vida. Persevera en tu compromiso de hacer cuanto sea necesario para cumplir tus sueños, concentra tu atención en cada paso que das y aprende a disfrutar del proceso que te llevara a realizarlos. Porqué el éxito no es alcanzar el sueño sino disfrutar del camino para alcanzarlo.
¿Y tu has encontrado tu propósito o sigues buscandolo?
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