Una vez más llega el comienzo de un nuevo año y una corriente de optimismo nos invade. Tenemos por delante 365 días para cumplir con nuestros buenos propósitos. Si bien la mayoría suele centrarse en objetivos como aprender idiomas, hacer más ejercicio, comer mejor o dejar de fumar, no menos importante es aquello que nos ocurre en el trabajo.
“Los propósitos laborales deberían ser un objetivo prioritario para el nuevo año, ya que pasamos la mayor parte del día en el trabajo y es un tiempo que afecta enormemente a nuestro estado de ánimo, lo que repercute en nuestra productividad y felicidad”, explica Javier Carril, de Execoach, consultora especializada en la transformación cultural de las empresas, organización y gestión de talento.
En los últimos años se han popularizado herramientas como el coaching y el mindfulness, que pueden ayudar a alcanzar de manera satisfactoria estos objetivos laborales. Ambas técnicas son totalmente complementarias, ya que tienen su foco en el desarrollo de la autoconciencia, entrenando todo aquello que afecta a la existencia de las personas que, utilizadas conjuntamente, pueden multiplicar su potencial.
En este sentido y con motivo del inicio del nuevo año, desde Execoach han analizado los propósitos laborales más importantes para 2020, los beneficios que aportan y algunos consejos para alcanzarlos:
- Salir del “piloto automático”: Es habitual que cuando estamos en un trabajo muy atareados, actuemos sin parar y sin pensar las cosas dos veces. Esto nos lleva a no establecer objetivos ni tener visión crítica y a hacer cosas poco importantes o productivas. En torno al 80% de las cosas que hacemos diariamente, las hacemos de forma automatizada, sin un foco claro. Comenzar a practicar mindfulness de forma regular permite lograr un estado mental más consciente y atento, que elimina lo que nos impide ver lo esencial, y tomar las decisiones correctas en nuestra carrera profesional o vida personal. Acabar con la desmotivación. Al finalizar el año es habitual que surjan bajones emocionales que pueden alargarse al comienzo del año. En ese sentido, practicar mindfulness ayuda a tomar conciencia sobre nuestra vida o carrera profesional para afrontarla de forma más positiva. Esta técnica nos permite descubrir aquello que necesitamos abandonar que nos distrae. Por ejemplo, es recomendable comenzar el día un poco antes para meditar y averiguar qué es lo que estamos sintiendo. Contar con un coach que nos ayude a marcarnos acciones concretas para nuestros objetivos a corto y largo plazo, nos permitirá también reducir los niveles de estrés y mejorar la automotivación.
- Salir a una hora razonable del trabajo. La mayoría de los trabajadores gestiona mal su tiempo. Aprender sencillas técnicas para gestionarlo de forma efectiva nos ayudará a tener una jornada más ordenada y eficiente, como pueden ser: comenzar la jornada laboral dedicando diez minutos a la planificación de las tareas del día y plasmarlas en una agenda, establecer pequeños objetivos diarios que sean fáciles de cumplir, delimitar otros objetivos más ambiciosos a largo plazo o aprender a priorizar las tareas que son verdaderamente importantes. La figura del coach puede ayudarnos a aumentar el compromiso y la rapidez.
- Trabajar mejor en equipo. Hoy en día es muy difícil imaginar una empresa totalmente desarrollada sin contar con un equipo bien estructurado. Gracias al coaching de equipos, se puede fomentar el bienestar de los empleados que se traducirá en un aumento del nivel de motivación y en un impulso del talento. Es importante realizar periódicamente reuniones de equipo efectivas. Escuchar de forma activa, no imponer nuestro punto de vista, ser proactivos, expresar nuestras necesidades y escuchar y valorar las de nuestros compañeros es necesario para conseguir un trabajo en equipo efectivo.
- No tener miedo a los cambios y los retos. En los últimos años han surgido nuevas modalidades de trabajo que exigen pasar por un proceso de adaptación. Debemos tener la predisposición para superar el miedo a afrontar estos cambios, viéndolo como una oportunidad en lugar de como una amenaza. Para facilitar este proceso es necesario un buen uso de la comunicación interna que involucre a todos los empleados en el cambio. Generar objetivos a corto plazo que nos nos abrumen y premiar su consecución, potenciará su motivación e implicación. El método Kaizen, de origen japonés, nos ayuda a salir de nuestra zona de confort a través de un proceso de cambio contínuo con pequeños pasos semanales.
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