En muchas empresas, la salud mental sigue siendo un tema tabú.
Con demasiada frecuencia, nuestros equipos tienen miedo de hablar con sus managers o compañeros y los problemas, tanto para las organizaciones como para las personas, pueden empeorar. Por este motivo, es importante transformar la cultura interna creando conciencia sobre la salud mental.
Sabemos que el mayor obstáculo para que una persona pida ayuda es anticipar el efecto que un diagnóstico de salud mental puede tener en su futuro laboral. Nadie quiere llevar esa etiqueta. Así que, directamente, el silencio y la ocultación se acaban convirtiendo en una estrategia de supervivencia.
No se trata de empujar a nadie a explicar una situación compleja que pueda ocasionarle problemas laborales, sino de generar entornos seguros y saludables para que las conversaciones se den de forma natural.
Por este motivo, cada vez más empresas están trabajando su comunicación interna en esta dirección con el objetivo de mostrar a sus stakeholders que la preocupación por la salud mental laboral es auténtica y que se abre un nuevo tiempo al respecto.
Pero el tabú está presente. El estigma alrededor de la salud mental acaba provocando que tengamos miedo a la hora de construir los mensajes o elegir las imágenes para no caer en estereotipos y que podamos provocar el efecto contrario al deseado. Estas inseguridades acaban condicionando la forma en la que comunicamos al respecto o, incluso, pueden que dejemos aparcado este tema.
Desde Obertament, llevan más de 10 años construyendo y acompañando campañas anti-estigma de marketing social y conocen perfectamente que este proceso puede ser complejo si no tenemos el asesoramiento adecuado.
Existen ciertas diferencias respecto a la comunicación habitual que desarrollamos en nuestras empresas.
La principal es la definición de nuestro objetivo. Identificar los comportamientos estigmatizantes que queremos transformar es el primer desafío al que nos tenemos que enfrentar, no es una cuestión sencilla ya que nos obliga a analizar las actitudes de nuestros equipos que generan una cultura determinada alrededor de la salud mental. Por fortuna, existen metodologías científicas que nos ayudan en este propósito.
Una vez conocemos con exactitud el problema al que nos enfrentamos, viene el propio diseño de nuestras acciones de comunicación. En 2011, Patrick Corrigan, decano del Illinois Institute of Technology, publicó un estudio sobre la forma más eficaz para que nuestras campañas de comunicación anti-estigma lograran su objetivo. Apuntó 5 principios a tener en cuenta, que se definen con el acrónimo TLC3: targeted, local, credible, continuous contact.
- Contact: el contacto de personas que hayan experimentado problemas de salud mental con nuestro target es fundamental. Es importante diferenciar la estrategia del contacto frente a la educativa que, por lo general, busca contrastar los mitos de la salud mental con hechos.
- Targeted: en lugar de centrarse en la población en general, el contacto es más eficaz cuando se dirige a grupos clave, normalmente personas en posiciones de poder. Dentro de una empresa, es estratégico que el cambio se acompañe de arriba abajo. No solo hablamos de “el quién», sino también de “el qué» queremos transformar exactamente en nuestra organización.
- Local: tiene varios significados, incluye, por ejemplo, factores geopolíticos, de diversidad, origen ético, religioso…estos son solo algunos ejemplos de la variedad de factores que deben tenerse en cuenta al desarrollar estrategias eficaces.
- Credible: tres consideraciones guían la credibilidad. En primer lugar, el individuo en el rol de contacto debe ser similar en etnicidad, religión y nivel socioeconómico al grupo al que nos dirigimos. En segundo lugar, el contacto debe tener un rol similar al del target. Por último, el contacto debe estar recuperado. Las interacciones son más efectivas con personas con problemas de salud mental que tienen vidas normalizadas, que trabajan, viven de forma independiente, tienen buenas relaciones y tienen una calidad de vida satisfactoria.
- Continous: un contacto de una sola vez puede tener algunos efectos positivos, pero es probable que los efectos sean fugaces. Deben ocurrir múltiples contactos y la calidad del mismo debe variar con el tiempo.
Si bien estos pasos nos marcan el camino para empezar a trabajar, tenemos acciones concretas que podemos desarrollar en nuestras organizaciones dentro del marco de una campaña interna.
Algunos ejemplos
- Normaliza la salud mental: mejorar la conciencia sobre la salud mental es la mejor manera de vencer el estigma.
- Habla de salud mental: es fácil llegar a creer que no hay un lugar o momento adecuado para hablar de salud mental. Pero cuanto más hablamos al respecto, mejor es el día a día para nuestros equipos.
- Comparte tu experiencia: si tienes una historia para compartir, hazlo. Tener líderes que prediquen con el ejemplo es clave.
- Apoya a tus compañeros: pon en marcha programas y políticas de salud mental laboral.
- Recluta referentes: los referentes son empleados de cualquier nivel de la organización que ayudan a desafiar el estigma y a cambiar la forma en que sus compañeros piensan y actúan sobre la salud mental.
No existe un único camino para romper con el estigma de la salud mental en nuestras empresas, conocemos la metodología, pero su aplicación depende, al final, del conocimiento de la realidad a la que nos estamos enfrentando.