Si ya afrontar retos en el futuro puede ser una tarea desafiante para cualquier persona, lo es en especial para los profesionales más jóvenes que recientemente se incorporan en las empresas. Estar rodeados de un entorno social con inmediatez de respuestas y exceso de comodidades, puede desincentivar conductas de esfuerzo, lucha y logros. David Comí, director y formador de Incrementis, facilita 5 consejos para ayudar a estos profesionales a reducir el pesimismo y la frustración inicial y aumentar una mentalidad optimista y de consecución.
- Concentrarse en los logros
Anotamos en un documento, temas importantes realizados exitosamente durante el día (un informe, reunión, gráficos, etc.) Si nos concentramos en nuestros logros, estaremos más preparados para generar y crear más en el futuro.
- Utilizar el agradecimiento a terceros
Si agradecemos más cada día y lo mostramos, obtendremos un aumento considerable de nuestra energía positiva y bienestar. Agradecer a los que nos apoyan, colaboran y ayudan. Si estamos concentrados en la gratitud, es difícil ser pesimista.
- Ignorar lo que no podemos controlar
Nos concentramos y esforzamos en las cosas que podemos actuar directamente y cambiar. No preocuparnos de las cosas que están fuera de nuestro control. Reconocemos que siempre cometeremos errores, no son fracasos tremendos y aprendemos de ellos.
- Visualizar los aspectos positivos del día a día
Aumentaremos nuestra energía positiva y reduciremos nuestra frustración. Nos centramos en la solución de las cosas y el éxito, en lugar de los problemas y el fracaso subjetivo.
- Comprobar los pensamientos con hechos
No hay que aceptar la veracidad de los primeros pensamientos y de opiniones externas. Sí hemos que comprobar objetivamente y con datos, la veracidad de estos. Veremos que muchas cosas negativas realmente pasan muy puntualmente y no habitualmente.
Asimismo, Comí indica el siguiente consejo básico a los jóvenes profesionales: “Si nos surge un problema o conflicto, no debemos echar de una manera inmediata la culpa a otras personas o esperar que nos lo solucionen rápido. Debemos actuar haciéndonos preguntas cómo: ¿Yo que puedo hacer?, ¿Qué alternativas puedo pensar?, ¿Qué soluciones puedo aportar, aunque sean pequeñas? Y no perder el tiempo en quejas, lamentos y culpabilizar rápidamente”. Según explica Comí, aunque seamos jóvenes, en un entorno profesional, es fundamental ir aprendiendo y consolidando comportamientos como saber escuchar, pensar, proponer, esperar y llegar a acuerdos. Por el contrario, debemos ir minimizando la exposición de conductas como quejarse y esperar, culpar a otros o enfadarse pronto y en exceso. Como palanca del desarrollo profesional y personal de los jóvenes profesionales, estos aspectos son fundamentales.