La salud mental es una realidad en el mercado laboral que requiere de su abordaje. Por ello, la Universidad Loyola, a través de su Escuela de Negocios Loyola Executive, y el Club People HR, en colaboración con DKV y Affor Health, han organizado una mesa redonda para debatir el impacto que tienen las bajas laborales por enfermedades mentales en los empleados y las propias empresas y buscar propuestas factibles y útiles para remediarlo.
Javier Margalet, director de Relaciones Externas Club People HR y moderador del debate, ha comenzado afirmando que “se pierden 12 mil millones de días trabajados por la depresión y la ansiedad, lo que supone un coste millonario para las empresas”.
En la sesión han participado expertos y directivos en Recursos Humanos y Prevención de Riesgos Laborales a nivel nacional: Sol Villar Abeytua, directora general de Organización y Recursos Humanos en Atlantic Copper; Pablo Flores Chacartegui, director de experiencia de empleado en Paramount International; Isabel Arribas Mosquera, directora de Experiencia Empleada/o en Admiral Seguros; Teresa Varela Fernández de Mesa, directora de RRHH de Iturri S.A, Francisco Marín Paz, director de Derecho Trabajo en PWC Andalucía y Extremadura; Olga Merino Suárez, coordinadora regional de Prevención y responsable de Psicosociología en Fremap; y Eva Fernández Salgado, responsable de Desarrollo Negocio en AFFOR Health.
Olga Merino Suárez ha explicado que “las bajas laborales por salud mental han aumentado más de 30% en menores de 35 años tras la pandemia”. Fremap, mutua colaboradora con la Seguridad Social, publicó recientemente un informe en el que analiza la evolución de los trastornos mentales y del comportamiento en la incapacidad temporal. “Tenemos un problema como sociedad en salud mental desde hace años. Las bajas sí tienen costes, tanto para las personas que la padecen como para las empresas durante todo el período de la relación contractual. El coste no es el único motivo para la promoción de la salud, pero sí es uno más”, ha completado.
La pandemia de la COVID-19 provocó un cambio de paradigma a nivel empresarial, momento en el cual los responsables y directivos comenzaron a tomar consciencia de la importancia de cuidar al empleado, no solo a nivel físico, sino también psicoemocional.
Iturri siempre han puesto al empleado en el centro de la organización, pero les faltaba incidir en el bienestar psicológico. “En la pandemia nos encargamos de suministrar Equipos de protección individual (EPIs) que motivó, pero también desgastó a nuestros empleados a nivel físico y mental. Cuando pasó la época dura, creamos un modelo de prevención que parte de preguntar y escuchar al equipo y construir un modelo juntos”, ha aclarado Teresa Varela Fernández de Mesa.
La prevención, fundamental para cuidar al empleado y a las empresas
Todos los presentes han confirmado que lo más importante es trabajar en medidas de prevención. “Desde las empresas, debemos empezar por un buen estudio psicosocial, conocer el estado de sus trabajadores y poner en marcha un plan preventivo y de contingencia”, ha manifestado Eva Fernández Salgado.
Ha puntualizado en la importancia de contar con un canal de comunicación abierto 24/7 para que los empleados puedan compartir cualquier tipo de afectación o de riesgo que puedan tener. “También es un seguro para la empresa en caso de que ocurra algo que pueda perjudicarla”.
“Es un deber de las empresas el cuidado de la salud, necesidades físicas y psicológicas de sus empleados porque, en caso de que ocurra algo, la empresa tiene responsabilidad si es derivado de una dejadez”, ha explicado Francisco Marín Paz como experto en temas jurídicos.
“Mirar el pasado nos ayuda a construir el futuro. Ahora estamos en otra etapa, la del equilibrio personal, laboral y espiritual”. Por ello, Isabel Arribas Mosquera también ha destacado la necesidad de buscar canales de comunicación, que se puedan vincular a la manera de hacer de la empresa, aterrizados al modelo de negocio de cada compañía.