Los dos años de pandemia más este último provocaron que, primero en EE.UU. y después en el resto de países, surgiese un movimiento, conocido como la Gran Renuncia, en el que por ejemplo más de 4 millones de estadounidenses, en tan solo en el mes de noviembre, renuncia-sen voluntariamente a su puesto de trabajo en búsqueda de una mejor oferta, motivados por una necesidad de retomar el control de su vida, unido al agotamiento laboral y querer conti-nuar con la fórmula del trabajo en remoto impuesta durante la crisis sanitaria.
En España, según un estudio elaborado por Microsoft, el 41% de los empleados están pensando en cambiar de trabajo. Esto representa a 4 de cada 10 trabajadores. Son empleados que no se sienten a gusto con su puesto de trabajo. Si bien estos datos son preocupantes, la psicóloga de MGC Mutua, Andrea Doreste, afirma que la clave para ser feliz en el ámbito laboral, no está en el trabajo que se realiza, sino en la actitud que se mantenga al respecto, puesto que los pensa-mientos determinan después los sentimientos y las acciones.
Estas personas deben de tratar de cambiar su mentalidad y poner ilusión, dirección e intención, haciendo que ese trabajo, que a priori puede resultar tedioso, se pueda desempeñar correcta-mente. Acudir diariamente al puesto de trabajo sin sentirse motivado o feliz, provoca emocio-nes negativas que mantenidas en el tiempo, pueden llegar a disminuir el sistema inmune.
“Un estado emocional negativo que se produce por desempeñar un trabajo que no gusta, puede ser un desencadenante de enfermedades psicosomáticas o de otra índole, teniendo en cuenta que prácticamente un tercio del día se está en el puesto laboral”, explica Andrea Doreste. Nor-malmente estas personas que siente un estado negativo hacia su trabajo suelen tener dolencias muy similares a las causadas por situaciones de estrés, siendo el aparato digestivo normalmente el más perjudicado, el llamado segundo cerebro, por tener una red neuronal similar a la cere-bral, haciendo que las emociones afecten directamente al intestino. Otros síntomas, también más frecuentes, son los relacionados con el sistema muscular, migrañas, cefaleas tensionales y problemas dermatológicos.
Cuando una persona comienza a tener estas dolencias, hay que ser consciente que el cuerpo te está avisando de que necesitas un cambio; y éste no tiene porque ser de trabajo, sino simple-mente un cambio de pensamientos y actitud. “A lo largo de mi trayectoria como psicóloga, he tratado a numerosos pacientes que han ido decayendo por no encontrarse cómodos en su tra-bajo o con la empresa, e incluso con sus compañeros”, explica Andrea Doreste.
La psicóloga de MGC Mutua, da una serie de recomendaciones para tratar de mejorar la motivación:
- Intentar esmerarse. Cuando uno pone de su parte y se esmera en el trabajo, normalmente se obtienen buenos resultados. Esto permitirá al individuo darse cuenta de la capacidad que tiene para realizar distintas labores, y manejar situaciones complicadas e incluso comprometidas. Es-forzarse mejora la autoestima y, como consecuencia, la consideración personal.
- Trabajar con el fin de obtener un beneficio. Este puede ser económico o de otra índole, como pueda ser un mejor horario que permita la conciliación familiar, o realizar cursos para incre-mentar los conocimientos,… Tener en cuenta estos aspectos contribuye a una mejora en la au-toestima.
- Fomentar las relaciones en el trabajo. Es importante tratar de generar un buen ambiente. Acudir a un puesto de trabajo en el que existe sintonía y complicidad con los compañeros, hará que nos sintamos mucho más felices con nuestro entorno laboral, y ello provocará que estemos menos desmotivados.
- Hay personas que viven solo para trabajar, y si bien el trabajo es muy importante, es imprescindible y necesario dedicar tiempo y espacio al ámbito personal. Ello irá en beneficio del entorno profesional.
- Hay que tener en cuenta que el trabajo es un compromiso. Y como tal, uno debe ser consciente de que debe de realizar sus tareas, independientemente de las ganas o no que se tengan.
- Tratar de no rodearse de compañeros tóxicos. Es sabido que este tipo de personas pueden llegar a crear a su alrededor un ambiente desagradable. Si no queda más remedio porque es su compañero más directo, hay que intentar pasar el menor tiempo con esta persona.
“Los pensamientos que tenemos sobre el trabajo que realizamos son fundamentales, y aprender a manejarlos es una técnica a nuestro alcance. Modificar nuestros pensamientos depende de nosotros mismos, de esta forma seguro que mejoraremos en nuestro sentir”, afirma Andrea Doreste.