Podemos considerar la incertidumbre en el ámbito laboral como la carencia de certezas que permitan interpretar el presente y programar el futuro de nuestro desarrollo profesional. Ese estado genera en los empleados una percepción vulnerabilidad y falta de control, que se traducen en malestar psicológico, aumentando su ansiedad en el trabajo. Por otro lado, no favorecen su motivación ni su capacidad para centrarse en sus objetivos en lugar de en las dificultades que se dibujan en el horizonte.
Y eso sin contar con la amenaza de que, como señalan periódicamente los informativos, los indicadores de crisis económica vayan a más a corto y medio plazo.
Aparece entonces en los miembros del equipo una serie de interrogantes sin respuesta, o bien con respuestas poco sólidas. ¿Habrá bajadas de sueldos? ¿Mantendré mi puesto de trabajo? ¿Se conservará el programa de beneficios sociales y bienestar emocional en el trabajo durante los próximos meses? ¿Qué medidas está adoptando la empresa para adaptarse a la situación política y económica actual?
Una de las cosas que necesitan los empleados para proteger su bienestar psicológico es seguridad, confianza, previsibilidad. En resumen, necesitan percibir que la organización para la que trabajan sigue comprometida con ellos. Cuando se les plantean demasiadas dudas al respecto, activan estrategias defensivas para adaptarse. Una de ellas suele ser pensar que en la vida hay prioridades y el cuidado del bienestar psicológico no siempre está entre ellas, a pesar de ser el primer perjudicado cuando las cosas se complican.
Para detectar estos fenómenos que acaban perjudicando a todas las partes, es importante la comunicación. Cada compañía debe explorar, por ejemplo a través de una encuesta de clima laboral, cuáles son las circunstancias actuales de los miembros de la plantilla, escuchando sus demandas directas o indirectas para entender mejor cómo el contexto actual y potencial de crisis económica puede afectarles.
Por ejemplo, detrás de un “No sé cómo voy a afrontar este tema”, un “llevo semanas que no pego ojo” o un “no puedo llegar a todo pero no puedo costearme la ayuda que necesito” los empleados emiten mensajes sobre su salud psicológica que conviene atender. Una manera de hacerlo puede ser ofrecer un servicio completo de bienestar emocional para empresas como el de ifeel, de hecho aquí puedes ver cómo funciona.
Habrá quien piense que contar con una estrategia corporativa de respaldo a los trabajadores en tiempos de crisis es algo ajeno al ámbito de actuación de las organizaciones. Al fin y al cabo, las empresas no pueden cambiar por sí solas las gigantescas tendencias históricas.
Sin embargo, las corporaciones sí tienen un papel a la hora de dar seguridad a los miembros de su plantilla, facilitando un entorno previsible de cara al futuro. También cooperando con los empleados para facilitar sus vidas en el presente. Tal y como hemos mencionado, pueden lograrlo manteniendo -o implementando, si no lo han hecho todavía- servicios completos de bienestar psicológico como los que ifeel ofrece a las organizaciones con las que colabora. Esto proporciona a los empleados aquello que ellos ahora no pueden priorizar pero sigue siendo importante para su calidad de vida y su compromiso con la empresa.
En condiciones normales pero, sobre todo, en contextos de crisis la relación entre los empleados y la empresa debe plantearse en términos de corresponsabilidad no simétrica, dado que una organización siempre tiene mucho más poder que cualquiera de sus empleados por sí solos. Es más, ambos deben entender la relación laboral como un acuerdo de colaboración para el mutuo beneficio, de modo que el éxito de cada uno de ellos depende, precisamente, de la eficiencia de esa colaboración.
Así, las organizaciones tienen una buena oportunidad para afianzar el compromiso de sus empleados y prevenir el burnout en el trabajo en tiempos de crisis poniendo al alcance de sus empleados las herramientas que necesitan para potenciar su bienestar.
Como decíamos al principio, cuando los trabajadores están más pendientes de sus preocupaciones y de las incertidumbres respecto al futuro de la organización que de sus tareas, es imposible lograr un buen rendimiento y un clima laboral favorable. Por otro lado, si su futuro profesional les preocupa dentro de un contexto de incertidumbre económica o geopolítica, tampoco se encontrarán muy a gusto en sus otras facetas no profesionales.
Por eso es importante que, dentro de su margen de acción, las organizaciones hagan lo posible por eliminar esos quebraderos de cabeza y manifestar por la fuerza de los hechos que se comprometen con el bienestar de los miembros de la plantilla. Donde un empleado no tiene recursos para ocuparse de manera óptima de su bienestar la empresa puede actuar. En la medida de lo posible, se trata de transmitir a las personas que hacen posible la misión de la empresa que esta es consciente de la situación y se implica de manera efectiva en su manejo protegiendo la motivación laboral.