15 de noviembre de 2024
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¿Estudiar por vocación o por dinero?

¿Estudiar por vocación o por dinero?
  • Según el Informe Young Business Talents tres de cada cuatro jóvenes de la generación Alfa optaría por la carrera universitaria que más le guste, frente al 20,4% que la elegiría pensando en su salida profesional.
  • Según explica Cristina de la Fuente, experta en reinvención laboral. “Es necesario comenzar aclarando que, en este aspecto no existen las buenas ni las malas decisiones; todo depende de lo que cada persona esté buscando y de cuáles sean sus expectativas y de hasta dónde la elección se adapte a todo esto”, reconoce.

¿Estudiar por vocación o por dinero? Esta es una pregunta que se plantean muchos jóvenes en la etapa final de su educación media: ¿Elijo una carrera que me guste o una carrera con la que, en un futuro, pueda generar muchos ingresos?, en otras palabras, ¿debería estudiar por vocación o por dinero? Ante esta cuestión, siempre hay personas que aconsejan carreras que, en el imaginario colectivo, son más rentables que otras, por lo que, si le comentas a algún familiar que no sabes si estudiar Historia o Ingeniería en Telecomunicaciones, sin pensarlo dos veces, te recomendará la segunda.

En una de sus charlas TED, el reconocido especialista en educación Ken Robinson plantea que el mundo está dividido en dos clases de personas. Por un lado, aquellos que trabajan de algo que no les gusta y esperan el fin de semana para hacer lo que realmente disfrutan. Y por el otro, aquellos que todos los días trabajan haciendo lo que más les gusta.

Esta dicotomía podría sintetizarse diciendo que unos prefieren trabajar para simplemente ganar dinero. En cambio otros, lo hacen por vocación. Por supuesto que están también los casos de los que no pueden elegir un empleo. O de los que ni siquiera tienen oportunidad de trabajar porque han quedado al margen del sistema. También, por supuesto, están los que viven de su vocación y además ganan mucho dinero. Pero lo interesante aquí es el concepto. Así que saquemos todo tipo de restricciones, simplifiquemos un poco, y supongamos que pudieras elegir solamente entre dos posibilidades.

¿Qué tipo de empleo elegirías? ¿Uno que te garantice un buen ingreso aunque las tareas te resulten monótonas, para luego el fin de semana y las vacaciones divertirte? ¿O un trabajo donde todos los días hagas algo que realmente te llene, a pesar de que no percibas tantos ingresos?

Esta es una decisión que compromete todo el futuro, no solo el económico, por lo que es necesario tener en cuenta otros factores aparte de la rentabilidad, como lo personal, es decir, los gustos y las habilidades; y lo relacionado con lo laboral, o sea, el campo de acción que tiene la carrera. Lo ideal sería estudiar por vocación y que esa carrera, además, sea rentable.

¿Qué elegirías? ¿Estudiar por vocación o por dinero?

La gran mayoría de los jóvenes españoles tiene claro que el gusto personal es el factor determinante a la hora de elegir su carrera universitaria. En concreto, el 74,6% optaría por la que más le guste, frente al 20,4% que elegiría la carrera pensando en su salida profesional y un 1,1% que seguiría las recomendaciones de sus padres. Así se desprende del Informe Young Business Talents, llevado a cabo por ABANCA, ESIC Business and Marketing School y Praxis MMT.

En la película india 3 Idiots (3 idiotas), del director Rajkumar Hirani, se plantean algunos aspectos que atañen a las razones que deben orientar la elección de carrera y se propone como idea guía que, si se siente pasión por lo que se estudia, independientemente de la naturaleza de la profesión, se logrará también tener éxito en términos económicos. “Este planteamiento, si bien puede ser un poco romántico, tiene gran parte de verdad, pues al estudiar por vocación, se tiene mayor probabilidad de hace run gran trabajo, lo que con seguridad llevará a que dicha carrera comience a dar frutos económicos”, explica Cristina de la Fuente.

Medicina y Biomedicina son las titulaciones universitarias con más salidas profesionales, según el Informe Infoempleo Adecco 2021: ‘Oferta y demanda de empleo en España, realizado por el portal Infoempleo, y Spring Professional, la firma del grupo Adecco. En esta lista, destacan las ingenierías, el derecho y también la antigua reina, Administración y Dirección de empresas (ADE), desbancada ahora al tercer puesto.

Llegados aquí debemos hacernos varias preguntas: ¿será que todas las personas que estudiaron alguna de estas carreras tienen empleo y, además, gozan de un salario acorde con sus expectativas?, ¿será que todos aquellos que las están ejerciendo son felices con lo que hacen?

La respuesta a estos interrogantes conduce a una idea bastante simple: no siempre estudiar por vocación es rentable, ni estudiar por dinero es tener un futuro asegurado.

Es bueno tener en cuenta al tomar la decisión la empleabilidad. Sin embargo, no ha de ser el único factor, ni el principal, ya que vivimos en una sociedad en cambio, en la que cada año surgen nuevos perfiles profesionales o varían los existentes, lo que ofrecerá nuevas oportunidades para todas las titulaciones”, apunta la experta en reinvención laboral Cristina de la Fuente.

Un 33% de los alumnos no finaliza el grado que inició y un 21% abandona sin terminar estudios universitarios. Para elegir bien qué vas a estudiar, De la Fuente sugiere “conocer bien las salidas profesionales, para poder buscarle, llegado el momento, un nuevo enfoque que se adapte a las necesidades del sector en un futuro o que nos ayude a diferenciarnos”.

Para que se entienda, pone un ejemplo personal: “Yo empecé estudiando Economía,  porque era lo que “más salidas tenía». Como es lógico, esto me llevó por un camino totalmente previsible, pero mi naturaleza curiosa seguía aflorando. Así que, en mi afanosa búsqueda de aquello que me llenara, me fui a Reino Unido a trabajar para una gran empresa en plan ‘tradicional’ y, a medida que ha evolucionado el sector y he podido ir conociéndome más, he redireccionado mi carrera’”.

Si no tienes las ideas muy claras, la experta recomienda, ante todo, mucha calma. “Sabemos que la presión es fuerte cuando se va acercando el momento final del Bachillerato y nos vemos obligados a elegir nuestro siguiente paso, pero hay que tomarse tiempo y valorar lo que queremos, tener autoconfianza y creer en nosotras mismas. Y evitar desviarnos del camino, por darle más importancia a los prejuicios que penden sobre algunas carreras o salidas laborales. Centrarnos en lo que a nosotras nos gusta, nos apasiona y a lo que queremos dedicarnos”, anima.

En relación con esto último, hay que tener en cuenta que la carrera que se elige estudiar, probablemente, se va a ejercer si no por el resto de la vida, sí por un buen tiempo, lo cual puede sonar un poco abrumador. Siendo esto así, imagínate haciendo toda la vida algo que no le gusta porque decidiste estudiar por dinero; lo más seguro es que mires el reloj a cada momento del día, que saltes de alegría cuando llegue el viernes, que entres en depresión cuando se acabe el domingo, y que tu único sosiego sea en vacaciones.

Cuando una persona decide estudiar algo debe tener en cuenta el esfuerzo que demanda lo que va a estudiar o la profesión en sí, las aptitudes que requiere, la simpatía o atracción que se siente por esa profesión, la posibilidad de evolución, las salidas profesionales que ofrece… y dentro de ello, por supuesto, la empleabilidad y remuneración. Pero lanza una pregunta: ¿De qué sirve una alta empleabilidad, o una buena paga, si no disfrutas la profesión?”, concluye la experta.

Encontrar el equilibrio entre estudiar por vocación o por dinero

Como se puede notar, la elección de carrera involucra diferentes aspectos que no son necesariamente excluyentes. De manera natural, alguien puede sentir gran pasión por la carrera de Medicina y decide estudiar por vocación, en este caso, tiene mucha suerte, pues se puede dedicar a algo que disfruta y es bien remunerado. Pero también alguien puede sentir gran pasión por una carrera que se presenta como poco rentable en el mercado, por lo que decidirse por ella puede ser un poco más complejo.

Sea cual sea el caso, es necesario partir siempre del aspecto personal, es decir, de aquello que produce mayor pasión. Después de identificar esa pasión, es bueno analizar el aspecto laboral, qué se quiere hacer con esa pasión: enseñar, investigar, ayudar a otros, crear. Para luego ponderar la rentabilidad, pues es menester ser consciente de las oportunidades económicas que se pueden esperar en determinado campo y las expectativas que se tienen para un futuro.

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