Trabajar en la oficina y en casa se ha convertido en una práctica habitual tras la Covid-19. Sin embargo, los nuevos entornos laborales también han supuesto un riesgo para el bienestar de los empleados.
El estudio ‘COVID-19 Global Impact’, elaborado por Cigna, pone de manifiesto que el nuevo entorno laboral supone un incremento del sedentarismo y de trastornos relacionados con la ergonomía, entre otras cuestiones.
Según la aseguradora, el teletrabajo ha supuesto una reducción de la actividad física, por lo que se ha intensificado el sedentarismo. En ese sentido, recuerdan la importancia de concienciar a la plantilla para llevar a cabo un estilo de vida saludable que se base en el ejercicio físico y en una alimentación equilibrada.
Lo mismo ocurre con la salud mental, el estudio de Cigna refleja que la falta de contacto físico con los compañeros ha producido una sensación de aislamiento y de soledad. A esto se une la preocupación por las finanzas personales y por la salud y bienestar de familiares y allegados. En ese sentido, se aconseja desarrollar programas de prevención que eviten la aparición de ansiedad, depresión o altos niveles de estrés.
También destacan las dificultades para atender a patologías crónicas de los empleados. La llegada del teletrabajo o del trabajo híbrido ha supuesto la alteración de rutinas de los empleados que padecen afecciones crónicas. Esto ha provocado que algunas patologías pasen desapercibidas ante los empresarios, por lo que no son tratadas como debieran. En este caso, es importante que la compañía disponga de programas de gestión de enfermedades que apoyen a los empleados que padecen enfermedades como la diabetes o la hipertensión.
Por otro lado, el mobiliario es importante a la hora de evitar riesgos para la salud del trabajador. El teletrabajo ha provocado un aumento de los problemas de ergonomía. Para evitarlo, las empresas pueden poner en marcha programas que evalúen los riesgos para la salud y aumenten la prevención.
El informe constata, asimismo, que un 58% de los trabajadores españoles pide una mayor comprensión a su situación personal, y un 55% de ellos solicita más apoyo para su salud mental.
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