¿Te sientes agotado desde que te levantas? La entrada del calor trae una nueva oleada de síntomas relacionados con el cansancio, algo que puede acabar poniéndonos enfermos si forzamos la máquina continuamente, pero que también que se puede prevenir integrando pequeños cambios en la rutina diaria.
Uno de los indicios más comunes de estrés es sentir fatiga constante, agotamiento físico y mental que se produce cuando las tensiones del trabajo y nuestra vida cotidiana se nos van de las manos.
Por otra parte, sabemos que el estrés se produce por muchos motivos: la necesidad de estar siempre conectados a todo y con todos, la competitividad y la continua actualización de conocimientos que exige de nosotros el trabajo y tener que gestionar temas financieros son factores que con el tiempo derivan en sentir un enorme desgaste profesional, que también tiene un coste personal elevadísimo.
Pero además, este año nos ha tocado un extra de tensión. Un verano inusual ha comenzado y, ante la enorme necesidad de descanso que venimos arrastrando desde hace meses, se cierne la amenaza de un relax a medias y tener que lidiar con llevar mascarillas a temperaturas imposibles, mantener la distancia social, encontrar la mejor manera de viajar para sentirnos seguros, gestionar a los pequeños de la casa si los hay y rompernos la cabeza para encontrar un plan original que cumpla las funciones y expectativas que esperamos de unas vacaciones.
No estamos diseñados para estar bajo presión continuamente y el cansancio es una señal psicosomática que nos avisa de que nos acercamos peligrosamente al límite. El cuerpo lo dice con claridad; caer con resfriados, anginas, coger pequeñas infecciones como cistitis, llagas en la boca, el clásico herpes labial o tener molestias musculares a menudo puede ser una señal que indica que nos exigimos demasiado.
Ahora es el momento de tomar acción y prevenir a todos los niveles. Es importante equilibrar la relación entre las tareas que tenemos y el grado de agotamiento que sentimos. Si no tomamos medidas ya, esa falta de vitalidad y esos pequeños achaques pueden afectar de verdad a nuestra salud.
Cuando por fin nos relajamos tras un periodo intenso, el cuerpo tiende a dejar salir toda la tensión, el sistema inmune baja la guardia y ¡ZAS! De pronto te pones enfermo el primer día de vacaciones ¿Te ha pasado alguna vez?
Te daré algunos consejos para evitarlo, combatir la fatiga en el trabajo y aumentar tu fortaleza física y mental:
- Comer variado es básico para recibir un buen aporte de energía. Te recomiendo tomar la fruta y la verdura de temporada para obtener los mejores nutrientes. Por suerte, el verano es un vergel y cargará tus defensas de cara al otoño.
- Con el calor, haz desayunos fuertes para tener energía por la mañana, e intenta que las comidas y las cenas sean más ligeras, incluso te puedes saltar una de ellas alguna vez. Verás cómo evitas la modorra después del almuerzo y duermes más profundo por las noches.
- Realiza ejercicio moderado al menos tres veces por semana. Te ayudará a fortalecerte, reducir las molestias musculares, te aportará satisfacción y dormirás más profundo. Ahora que los días son más largos, prueba a madrugar un poco más y haz tu deporte en el parque; te garantizo que es la mejor hora del día y disfrutarás de un frescor fantástico que te dejará con la pila puesta el resto de la jornada.
- Aprovecha las vacaciones para integrar hábitos saludables como la meditación. Practicar ejercicios de relajación y respiración en un contexto tranquilo ayuda a crear silencio, a calmar el pensamiento y a ordenar las ideas. Además de proporcionarte el descanso que estás buscando, volverás como nuevo y con las ideas más claras.
Te invito a descubrir el programa de Verano que hemos preparado en The Holistic Concept, una selección de contenido con ejercicios fáciles de seguir y que son perfectos para que aprendas a desconectar, a soltar tensión y a mejorar tu descanso.
Tu cuerpo y tu mente lo agradecerán.
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