¿Has tenido que tomar una decisión bajo presión alguna vez? ¿te has sentido tan ansioso que notabas el estómago del revés? ¿o cuántas veces has asaltado a la nevera de manera compulsiva sin tener hambre? Si te identificas con estos patrones, entonces ya sabes que el estrés puede afectar negativamente a tus hábitos comiendo y a tu sistema digestivo. Aprende a crear equilibrio.
Vivir con sensación de estar alerta durante demasiado tiempo puede desencadenar comportamientos poco saludables y algunos problemas gastrointestinales con los que nos acostumbramos a convivir muy fácilmente, desde cólicos, inflamación abdominal, gases, a malas digestiones, diarrea, acidez de estómago y pérdidas o exceso de apetito, entre otros.
Si observas que tienes alguno de estos síntomas, tus analíticas siempre salen impecables y no das nunca con la solución, posiblemente el estrés sea el origen y lo que haya que resolver.
Recuerda que uno de los peores efectos del estrés es que deprime nuestro sistema inmune y, aunque no sea causa directa de úlceras estomacales o enfermedades del intestino, puede empeorarlas mucho. Por lo tanto, es importante tomar medidas para controlar las situaciones que te generan más tensión, aprender a gestionar los conflictos y encontrar nuevas formas de cultivar la calma.
No permitas que tu aparato digestivo sufra las consecuencias del estrés… ¡y ponte en acción para disminuir sus efectos negativos y crear sensación de bienestar! Te damos algunos consejos:
Respira
Aprender a realizar respiraciones profundas reduce el nerviosismo, calma el pulso y oxigena la mente en esos momentos donde sientes que ya no tienes el control. Pruébalo.
Alimentación antioxidante
Toma alimentos antiestrés como el salmón que contiene omega-3 y estimula el estado de ánimo, frutos rojos como los arándanos para proteger el cuerpo con antioxidantes y almendras para aportar magnesio, un mineral que ayuda a controlar los niveles de cortisol. La vitamina C de los cítricos también te ayudará a disminuir la presión arterial.
Descubre el Mindful Eating
Empieza a poner conciencia en tus hábitos al comer aplicando técnicas de atención plena cuando comes. Te enseñará a distinguir entre impulso y hambre, a masticar más despacio, a comer sin prisas, saborear de verdad los alimentos y a disfrutar de ese momento como se merece.
Un poco de relax
Descubre los beneficios de seguir relajaciones guiadas y mejora la calidad de tu descanso. Te ayudará a deshacer tensiones físicas para favorecer que te sientas más tranquilo y en equilibrio en cualquier momento del día.
Infusiones para el descanso
Acaba la jornada tomándote una infusión relajante; la valeriana, la lavanda y el espino blanco son muy suaves y entran bien incluso en épocas de calor. Son perfectas para calmar el estómago e inducir a un sueño profundo y reparador.
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