Nuestro país está viviendo la mayor explosión de teletrabajo jamás vista, algo que sin duda será muy positivo en un futuro próximo pero, ¿qué sucede con las personas que tienen que seguir acudiendo a trabajar? Sus niveles de estrés son de otra dimensión; unos por encierro y otros por exceso de exposición, la situación es complicada para todos.
Además del personal sanitario que está al pie del cañón en hospitales, centros de salud y ambulancias, existen héroes silenciosos que en estos momentos hacen que todo siga funcionando: farmacéuticos, repartidores, personal de supermercado, bancos, agentes del orden, transportes y una lista más larga de la que somos conscientes no han podido quedarse en casa resguardados y con su labor nos ayudan día tras día. Es muy importante valorar que estas personas, no solo ponen en riesgo su salud continuamente, sino la de sus familiares.
El radio de estrés que implica tal exposición es enorme, porque la tensión se da tanto en el entorno de trabajo donde la presión es muy alta, como cuando vuelven a casa donde las precauciones son extremas para cuidar de las personas con las que conviven. Además, cada vez se dan más casos de rechazo social por parte de vecinos que tienen miedo a un contagio; Nunca descansan realmente.
A ésto hay que sumarle mayor carga de trabajo por bajas laborales y tener que gestionar emocionalmente que los ánimos estén apagados o la preocupación que se respira en el ambiente, algo que acaba afectando y generando más ansiedad.
Si te encuentras en esta situación, no trabajas desde casa y te toca tener interacción social forzosamente, darte cuenta del grado de estrés que manejas y detectar las fuentes que lo generan será tu mayor herramienta.
Aquí van algunos consejos que pueden ayudarte:
1. Limita el contacto con las redes sociales
Las redes son un bombardeo continuo de información muy difícil de filtrar, porque lo mismo topas con algo positivo como aterrizas en un texto kilométrico de alguien que está contando sus desgracias. Esto solo es ruido y, si no le pones límite, acabará crispándote los nervios.
Cuidado también con los chats del teléfono. Si algún amigo o familiar te tiene frito a vídeos y memes, transmítele con tacto y claridad que preferirías no recibir ese tipo de mensajes. No tengas pudor en salirte de los grupos que tengas, la prioridad ahora es tu tranquilidad.
2. Establece un horario para leer noticias
Entre lo que lees, ves en la televisión y te cuentan, el flujo informativo es permanente. Si percibes que tu mente está saturada, establece una hora al día para sentarte a leer y no vuelvas a tocar los medios hasta el día siguiente. Es importante estar informado pero el exceso no va a cambiar la situación, así que mejor moderar; si sucede algo nuevo ya te enterarás mañana.
3. Despeja tu descanso
Tanto redes como el periódico y las noticias deben quedar en stand by a partir de cierta hora, lo ideal es soltar los dispositivos digitales al menos 3 horas antes de acostarte, ya sea por la noche o en otro horario si trabajas por turnos.
Irse a la cama con la mente despejada favorece un descanso más profundo y reparador, la clave para mantener la vitalidad y las fuerzas.
4. Dale valor a tu trabajo
Las personas que encuentran significado y propósito a lo que hacen tienen mayor capacidad para lidiar con la presión en el trabajo. Así que trata de estar orgulloso de tu rol profesional y de lo que aportas a la comunidad con tu esfuerzo y dedicación porque tiene mucho mérito, el primero que debe saber verlo eres tú.
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#PracticatuBienestar trabajes en lo que trabajes.
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