Las fiestas navideñas son esperadas por todos, significan celebraciones, regalos, jolgorios varios, reencuentros… pero a veces también despiertan nostalgias, generan roces y saturan. ¿Quieres vivir unas Navidades libres de tensión? Hablemos con los tres fantasmas del cuento de Dickens para descubrir la fórmula.
El fantasma de las Navidades pasadas de hoy en día viste con traje y se sentaría contigo a tomar un café. Cuando vivimos anclados al pasado, no somos capaces de pasar página y nos comemos la cabeza con cosas que ya no tienen vuelta atrás. Este mecanismo, además de tóxico, genera emociones como melancolía, tristeza o desmotivación que, mantenidas en el tiempo, nos llevan a la depresión, una de las consecuencias del estrés en el entorno profesional.
Nuestro fantasma te diría: “el pasado, pasado está y rumiarlo no cambiará una coma de la historia; haz una lectura constructiva y saca enseñanzas positivas de lo sucedido. Desde esa perspectiva, aquello que ahora te parece un error se transformará en oportunidad, las puertas que se cerraron te habrán mostrado otros caminos y las personas que ya no están te han preparado para algo mejor.” ¿lo captas?
El fantasma de las Navidades presentes es siempre un personaje espontáneo, como un vecino con el que te encuentras en el ascensor, o el portero de la oficina. Nunca estamos en el presente y pocas veces estamos de verdad presentes en lo que hacemos. La tendencia es estar dándole vueltas continuamente a asuntos que ya han ocurrido, o estar preocupados por lo que pasará mañana.
Eso, además de ser poco productivo, nos desconecta y hace que nos perdamos los detalles que enriquecen el día a día. ¿No has tenido alguna vez la sensación de que el tiempo se te escapa de las manos y que nunca estás en ningún sitio? Está muy relacionado.
Nuestro amigo el vecino fantasma te diría: “hey, a ver si dejas de preocuparte tanto y te ocupas de lo que importa realmente. Abraza más a tu mujer (o marido, pareja…), no dejes de hacer cosas con los amigos, si tu trabajo no te gusta búscate otra cosa, duerme más que tienes mala cara y acuérdate de llamar a tu madre más a menudo, que andas despistado…”
Vamos llegando al final del cuento y le toca el turno al fantasma de las Navidades futuras. Se presenta vestido de astronauta, viene de una luna colonizada y era un activista medioambiental de adolescente.
Vivir bajo el yugo de la preocupación por el futuro es una de las cosas más asfixiantes que existen. Ésta se manifiesta de muchas formas pero todas confluyen en una emoción muy concreta, la ansiedad. Sensación de nerviosismo constante, querer controlarlo todo y tener miedo al cambio son síntomas que indican que algo no está en equilibrio.
Nuestro fantasma galáctico te diría: “Amigo, el futuro no existe, es solo una proyección que haces de tus expectativas. Si de verdad quieres construir un futuro sólido empieza a hacerlo ya, que cada acción, decisión y paso que des cuenten ahora. Estás a tiempo de ser quien te gustaría ser, y lo que es mejor, de disfrutarlo.”
Conclusión: Entre lo que fue y lo que será, nos quedamos con lo que es ahora. Desde The Holistic Concept te deseamos unas felices fiestas y un feliz presente consciente, es ahí donde la vida nos regala todos sus contrastes.
¡Hasta el año que viene!
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