Una forma efectiva de mantener la vitalidad y el equilibrio durante todo el año es lineando tu alimentación con cada estación. A través de los frutos que ofrece la tierra en esta época, le darás a tu cuerpo justo lo que necesita para mantener la salud, prevenir resfriados y evitar estados de fatiga sin grandes esfuerzos.
Hoy te invito a redescubrir la castaña, uno de los frutos más simbólicos del otoño y un snack imbatible del que no querrás prescindir.
Las castañas han sido una importante fuente de alimentación durante siglos, aunque su uso en cocina se ha visto disminuido debido a la fama, errónea, de alimento que engorda que se le ha dado. El fácil acceso a la información nutricional y el creciente interés por un modo de comer saludable, está cambiando esa percepción y cada vez más gente incluye esta maravilla otoñal como acompañamiento, tentempié y en postres.
Los castaños son árboles muy antiguos, como curiosidad hay datos sobre su existencia y el consumo de castañas por humanos desde antes de Cristo. ¿Sabías qué antes de que llegase la patata, la castaña era la reina de las comidas? durante siglos fue la principal fuente de carbohidratos en los hogares más humildes.
Es un alimento totalmente estacional y se considera un fruto seco, aunque técnicamente no lo es, ya que la base de su composición son los hidratos de carbono, el agua y la fibra. Otra cosa es secarla después, para poder comerla en cualquier momento del año.
Las encontrarás prácticamente en cualquier supermercado y como no, en los puestos castañeros, perfectos para hacer una paradita, matar el hambre y calentarse las manos con una bolsa de castañas recién asadas.
La cualidad más destacable de las castañas es que son un hidrato de carbono de gran calidad. Se componen de un 50% de agua y son una fuente de energía perfecta para abordar la jornada sin picos de cansancio o hambre.
Son enormemente saciantes porque el aparato digestivo procesa este carbohidrato de forma lenta. Muchos piensan que engordan pero lo cierto es que, comidas con moderación y cocinadas adecuadamente, pueden ser grandes aliadas a la hora de perder peso.
Son muy recomendables si practicas deporte, si realizas tareas que requieren concentración mental, o si tu trabajo es físicamente exigente, ya que aportan mucha energía además de fibra.
Pueden ser algo indigestas y causar flatulencias si se comen crudas o con la fina piel marrón que las recubre una vez peladas. También hay que masticarlas bien, porque al ser un hidrato de asimilación lenta, requiere digestiones más complejas.
Si masticas lentamente los alimentos en general, verás que la digestión es más eficiente.
Beneficios
- Es un fruto seco con alto contenido en potasio y ayuda a equilibrar el metabolismo y a eliminar toxinas por su efecto diurético.
- Es rica en otros minerales como hierro y calcio, que ayudan a prevenir la anemia.
- Son muy ricas en fibra.
- Tienen vitaminas del grupo B, ideales para mantener las defensas altas y vitamina A, fantástica para la piel.
- Su alto contenido en carbohidratos las hace un alimento súper energético y saciante.
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